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Crean albóndigas con ADN de mamut

Una compañía dedicada al cultivo de carne se ha servido de los genes del extinto animal, así como de oveja y elefante africano para prepararla.

Vow

El permafrost ha permitido que se conserven hasta el día de hoy restos de animales extintos hace miles o millones de años. Es el caso del mamut, cuyo tejido y piel ha permanecido intacto bajo el hielo. Más allá del uso académico y científico que se ha podido hacer de todo este material, hay empresas que contemplan aprovechar sus restos mucho más allá. Es el caso de Vow, que ha realizado una albóndiga con los mismos, no destinada al consumo humano, que pasará a formar parte de la colección del Rijksmuseum Boerhaave, en Países Bajos.

Esta compañía se dedica al cultivo de carne. Y ha ideado lo que ellos mismos denominan una albóndiga de mamut, aunque no está compuesta al 100% por carne de este extinto animal. El objetivo que persiguen con este invento no es otro que poner el foco sobre que la carne cultivada puede ser igual de válida que la procedente de los animales. Y, de esta manera, lograr que los hábitos alimenticios de la sociedad sean más respetuosos con el medio ambiente.

Así lo han explicado a través de su página web. “Esperamos que nuestra albóndiga resucite las conversaciones sobre la carne y el cambio climático”, han indicado. “Tenemos que empezar a replantearnos cómo obtenemos nuestros alimentos. Mi mayor esperanza para este proyecto es que mucha más gente en todo el mundo empiece a escuchar hablar de la carne cultivada”, ha añadido el director científico de Vow, James Ryall, en declaraciones recogidas por la CNN.

Un gen de 25.000

La compañía, en cualquier caso, precisa que se trata de una albóndiga hecha de células de mamut. Pero el componente principal de este invento no es ni mucho menos este animal. Se sirvieron de la mioglobina, una proteína que tienen los mamíferos y que da a la carne el color, la textura y el sabor que posee. Los científicos encontraron en esta quinasa una secuencia de ADN de la misma versión que la del mamut.

Pero no era suficiente. Para poder dar con una secuencia genética como la del extinto animal, cubrieron los vacíos de esta muestra de ADN con la del genoma de un elefante africano. Esta mezcla la adhirieron a un gen sintetizado en una célula muscular de oveja. Todo ello se cultivó en un laboratorio y terminaron por producir unos 400 gramas de carne.

El científico al frente del equipo de investigadores del Instituto Australiano de Bioingeniería y Nanotecnología de la Universidad de Queensland, el profesor Ernst Wolvetang, ha explicado en declaraciones recogidas por la misma cadena de televisión que “desde un punto de vista genómico, solo un gen entre todos los demás genes de las ovejas es gigantesco”. “Es un gen de 25.000″, ha añadido.

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