Hallan en el mar Mediterráneo los restos de una de las siete maravillas del mundo tras más de 1.600 años perdida
Desde hace décadas se escanea el fondo marino para escanear digitalmente las estructuras sumergidas. En la década de los 90 se documentaron más de 3.000 objetos.
La Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, la estatua de Zeus en Olimpia, el templo de Artemisa en Éfeso, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría. Estas son las siete maravillas del mundo antiguo, y de ellas la única que ha llegado hasta nuestros días es la Pirámide de Guiza.
Devastadas por incendios o terremotos, todas ellas, salvo la pirámide, fueron sucumbiendo al paso del tiempo. Al igual que la pirámide, el Faro de Alejandría también se encontraba en Egipto. Construido en la isla de Faros y con más de 100 metros de altura, servía como guía para los navegantes en el Mediterráneo. Construido en el siglo III durante el reinado de Ptolomeo II, se mantuvo en pie más de mil años hasta que una serie de terremotos lo destruyeron entre los siglos XIII y XIV.
Algunos de sus restos se emplearon para construir la ciudadela de Qaitbay, una fortaleza a la entrada del puerto de Alejandría levantada en el siglo XV. Pero muchos otros se hundieron con el faro. Y, ahora, un equipo de arqueólogos ha encontrado 22 bloques monumentales de esta construcción del pasado, que durante siglos habían estado sumergidos en el puerto oriental de Egipto.
Una nueva adquisición para el proyecto internacional PHAROS, una colaboración entre el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de Francia, el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto y la Fundación Dassault Systèmes. El objetivo de este proyecto es escanear los elementos encontrados para hacer un ‘gemelo digital’ de la histórica construcción.
Entre los restos encontrados hay dinteles, jambas, umbrales y losas de pavimentos, con piezas de un peso entre los 70.000 y los 80.000 kilos. Unas piezas que formaban parte de la entrada del faro, que contaba con una arquitectura que mezclaba técnicas egipcias y griegas.
Reconstrucción digital
Aunque las ruinas eran visibles desde 1968, desde hace dos décadas se viene haciendo un trabajo arqueológico sin descanso para su recuperación. En 1994, el arqueólogo francés Jean-Yves Empereur dirigió una exploración en la que documentó más de 3.300 objetos, entre los que había esfinges, obeliscos y bloques de granito.
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Y no ha sido hasta ahora, gracias al empleo de nuevas tecnologías, cuando se han podido recuperar las piezas de mayor tamaño. Durante tres décadas de investigaciones en el fondo marino, más de un centenar de fragmentos han sido escaneados digitalmente. Junto con ello, un equipo de historiadores, arqueólogos, numismáticos y arquitectos lleva a cabo una recopilación con descripciones y representaciones del faro.
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