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Así será el Metro automático de Madrid: la nueva línea de Madrid Nuevo Norte sin conductor

La nueva línea del Metro de Madrid será automática, con un ahorro en energía y con la esperanza de reducir los tiempos de espera para los viajeros.

Metro de Madrid

La ciudad de Madrid busca un nuevo enfoque para su red de metro. En concreto, la nueva línea Madrid Nuevo Norte será pionera en toda la red en una idea de imitar el modelo asiático en los transportes: allí, la mitad de kilómetros de la red de metro se recorren sin la necesidad de un conductor al frente de los mandos de los trenes. Pero habrá que esperar, puesto que comenzará en tres años y no estará plenamente operativo hasta dentro de siete, en 2029.

Empezará con apenas tres kilómetros de distancia, y con el paso de los años se irá ampliando. Además, tendrá un impacto importante en el ahorro de gastos operativos. Desde la Dirección General de Infraestructuras de Transporte Colectivo ya se trabaja en el diseño de esta línea, que circulará por nuevo núcleo de Madrid Nuevo Norte, desde Chamartín hasta Fuencarral Norte.

Esta nueva línea de transporte suburbano madrileño, que tendrá su origen en la actual estación de Chamartín, constará de tres estaciones: Centro de Negocios, Fuencarral Sur y Fuencarral Norte. Su longitud será de tres kilómetros y, según estimaciones de la Consejería, tendrá una demanda diaria de unos 40.000 viajeros. Los primeros trabajos se iniciarán en el primer trimestre de 2023, en una obra valorada en unos 290 millones de euros.

Este proyecto se completa con la construcción de un nuevo intercambiador en Chamartín, con una capacidad potencial para cerca de 105.000 viajeros diarios. En su interior albergará cuatros medios de transporte ferroviarios diferentes: alta velocidad, media/larga distancia, cercanías y metro. Además, también ofrecerá servicios de autobuses urbanos e interurbanos en sus 37 dársenas y 400 plazas de aparcamiento.

Ahorro

La puesta en marcha de este nuevo modelo de Metro supondrá un importante ahorro, pues se estima una reducción del 40% en gastos operativos en comparación con las líneas tradicionales. Esto implica la mano de obra y el consumo energético, tanto en el arranque como en la frenada de los trenes. “Los trenes que circularían por esta línea adecúan su disponibilidad a la demanda de cada momento”, explica David Pérez, consejero de Transportes e Infraestructuras.

Con ello, apunta, se necesitan menos trenes para toda la operativa, con el consiguiente descenso de los costes de mantenimiento y consumo de energía. Para la estimación se ha tomado como referencia un estudio del Observatorio de Metros Automáticos en el metro de París, en el que fueron analizados tanto los costes de los consumos energéticos como la disponibilidad del sistema en dos líneas, una convencional y la otra automática.

Ambas líneas contaban con unas características parecidas: 15 estaciones y una longitud de 12,5 kilómetros. Los resultados arrojaron que la línea automática necesita menos vehículos para la operación, con un ahorro en el consumo eléctrico de cuatro millones de kilovatios al año, además de un ahorro en tiempo del 6,7% frente a la convencional. Con este nuevo sistema se confía en reducir los tiempos de espera de los viajeros en los andenes, además de un aumento en la seguridad.

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