¿Cuál es la estación de Metro de Madrid más grande y cuántos metros cuadrados tiene?
La estación de Chamartín, inaugurada en el año 2007, cuenta con una extensión de 35.000 metros cuadrados y está distribuida en cuatro niveles.
El día 17 de octubre del año 1919, el rey Alfonso XIII inauguraba el Metro de Madrid, la red suburbana más extensa de toda España. Durante estos poco más de 100 años el metro madrileño ha ido creciendo, ampliando su recorrido hasta los 294 kilómetros de vías subterráneas que completan todas sus líneas, para un total de 302 estaciones repartidas por todos los rincones de la capital.
A diario lo usan más de dos millones de pasajeros, residentes y visitantes, según los datos de la propia compañía. Su uso está muy extendido, con el fin de evitar las grandes aglomeraciones de vehículos en carretera, por lo que el metro se presenta como una buena opción para viajar. En él trabajan más de 7.000 empleados, hay más de 1.700 escaleras mecánicas, 1.200 máquinas de venta de billetes y más de 500 ascensores.
La estación de Chamartín, la más grande
Entre sus muchas curiosidades en todos estos años, está la estación más grande de la red de metro. No es otra que la de Chamartín, inaugurada en el año 2007. Cuenta con una superficie total de más de 35.000 metros cuadrados y una profundidad de 30 metros. Es, también una de las más utilizadas a diario, pues en ella confluyen el metro y los trenes de larga, media y corta distancia del territorio español.
Está distribuida en cuatro niveles de altura, con una gran escultura luminosa llamada Iguazú. Fue obra de los arquitectos Vicente Patón y Alberto Tellería, y representa una superficie curva de luz en movimiento, que simula una cascada de más de 1.000 metros cuadrados. En ella podemos encontrar, desde el año 2008, un museo de trenes clásicos en uno de sus andenes sin servicio.
La construcción se materializó bajo la presidencia en la región de Esperanza Aguirre, con un coste de 188 millones de euros y una duración de la obra de 28 meses. Un añadido a su construcción, y motivo por el que tardó tanto, es que no pudo hacerse con una tuneladora, método habitual. Al tener que pasar bajo viviendas y edificios, se tuvo que hacer de forma manual. "Pico y pala, más duro, lento y antiguo", dijo la entonces presidenta Aguirre.