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TENIS | US OPEN

Muchova, a semifinales con diarrea ante una rival con un ataque de ansiedad

La checa tiene que ir varias veces al baño en el segundo set y la brasileña Haddad Maia rompe a llorar y es atendida. Pegula elimina a la número uno, Swiatek.

Agencia

El partido de cuartos de final del cuadro femenino del US Open, entre Karolina Muchova y Beatriz Haddad Maia, tuvo tintes dantescos este miércoles por las circunstancias que afectaron a ambas jugadoras y que marcaron el desarrollo del encuentro. La checa (28 años), que fue la vencedora (6-1 y 6-4 en 1h25) y repite semifinales en el torneo (cuartas para ella en Grand Slam), tuvo que ir varias veces al baño con diarrea en el segundo set, y la brasileña (28) sufrió un ataque de ansiedad también durante la segunda manga, rompió a llorar y necesitó atención por parte de las asistencias médicas del torneo estadounidense. Afortunadamente, también pudo seguir compitiendo.

El calor (25 grados) y la humedad (40%), sin alcanzar cotas demasiado altas, causaron estragos en las tenistas. Aunque los nervios por la situación en la que se encontraban, a las puertas de la penúltima ronda de un major, tuvieron su peso. Muchova fue operada de la muñeca izquierda a principio de año y llegó al torneo sin ser cabeza de serie (52ª), a pesar de haber jugado en junio la final de Roland Garros, que perdió contra Iga Swiatek, que podría haber sido su rival en la madrugada de este jueves al viernes (03:00,Movistar+), de no haber caído (6-2 y 6-4 en 1h28) ante la americana Jessica Pegula, que nunca había llegado tan lejos en un major. “Por fin, por fin estoy en unas semifinales”, celebró la de Búfalo, que agradeció el apoyo del público.

La polaca, número uno del mundo, no había perdido ni un juego con su saque (25-0) ni afrontado un punto de quiebre en los tres anteriores partidos. En esta ocasión encajó cuatro breaks. Cierra un año de Slams ‘discreto’ para lo que acostumbraba, ya que al margen del título en Roland Garros, cayó en las terceras rondas de Australia y Wimbledon, y se despide de Nueva York en cuartos. No obstante, tiene tanta ventaja al frente de la clasificación, que su liderato no peligra aunque Aryna Sabalenka acabe campeona.

“Un partido raro”

“Ha sido un partido raro, he tenido problemas que no me gustaría comentar (riéndose). Pero está bien, estoy feliz por haberlo gestionado, he tenido que ir corriendo al baño y volver. Lo siento si le ha molestado a alguien, pero no tenía otra opción”, dijo tras el partido, una jugadora muy atlética y habilidosa, por un motivo que explicó. “Era una niña muy activa, cuando veía algo quería empezar a hacerlo, y mis padres me lo permitían. Mi padre era futbolista, y mi hermano, siempre lo he tenido alrededor y lo he practicado. También he jugado al balonmano, natación sincronizada… Todo tipo de cosas que estoy segura de que me han ayudado a moverme bien”. Esto hace que algunos opinen que su estílo de juego es “como el de un chico”. Es el caso de la legendaria Chris Evert, analista en la ESPN, cuyo comentario fue afeado por Ons Jabeur, compañera de Muchova, a la que considera “una jugadora increíblemente talentosa”. “No necesita ser un hombre para tener un gran servicio, volea o movimiento. ¿Podemos por favor dejar de estereotipar según el género?”, escribió la tunecina en Twitter. La estadounidense, por cierto, se disculpó.

Volviendo a Hadda Maia, no lo estaba pasando bien en las últimas horas, porque su fisio tuvo que ausentarse por el nacimiento de sus hijos gemelos, y uno de ellos no superó el parto. Tras convertirse en la primera brasileña en llegar a cuartos del US Open desde que lo hiciera María Bueno en 1968, Beatriz no pudo controlar las lágrimas al ser preguntada por ello, demostrando que es una jugadora muy emocional. En rueda de prensa, no aclaró lo que le había ocurrido. “Estaba bien físicamente, pero no me siento bien”, afirmó. “A veces tenemos algunas cosas dentro y fuera de la cancha que nos pueden molestar, pero hoy fue mi culpa. No podía concentrarme. Era mi primera vez en la Ashe. Es diferente. Es enorme. Hay ruido todo el tiempo. Eso no es excusa (sonriendo). Creo que podría arreglármelas yo misma”, añadió.

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