Una séptima Davis para Nadal

Dijo ayer Rafa Nadal que “los finales de película son para películas americanas, y yo hace tiempo me di cuenta de que no tendría una de estas”. A pesar de la creencia del balear de 38 años, cerrar una carrera de leyenda con un título de tanto postín como la Copa Davis, con el añadido de hacerlo en casa, ante unos fieles que han celebrado y llorado en cada una de sus homilías, supondría echar el telón de una manera cuasiperfecta. Puede que tenga razón el de Manacor en que no será un final de Hollywood, pero la ambición es que tenga una despedida a la española: con pasión, lucha y tesón, cualidades de las que Rafa ha sido siempre abanderado. En su última semana como profesional, Nadal es el faro y el alma de una Selección que inicia hoy en Málaga su camino en la Final a 8 de la Davis ante Holanda (17:00 el primer partido, M+) y que tiene una doble meta: sumar la séptima Ensaladera de la historia y brindarle al ganador de 22 Grand Slams un adiós a la altura de su enorme figura. La cima por ascender es empinada y la caída da vértigo, porque una derrota ante los holandeses haría que Nadal dejase hoy mismo de ser tenista profesional, algo difícil de digerir solo de pensarlo.

Conquistar la copa del mundo del tenis siempre es un reto apetecible, pero el hecho de conseguirla en el último evento de la carrera de Nadal hace que el hambre por el título en la Armada sea voraz. Carlos Alcaraz, número uno de la Selección para el torneo y por el que pasan muchas de las opciones españolas, afirmó en Turín que iba a ser el torneo más importante de su vida por todo lo que conlleva, y ayer remarcó la devoción que siente por el balear, con el que se entrenó ayer. “Este año es mucho más especial. Voy a intentar hacerlo no por mí, sino por Rafa. Es lo que él se merece”, reiteró el de El Palmar. “Para mí, era un sueño jugar con Rafa, y el dobles fue muy especial. Representar a España en la Davis y estar con él, compartir muchos momentos en su último rato en pista, va a ser muy especial para mí y para todo el mundo. Ahora intento sentirlo natural, veremos mañana (por hoy), las emociones estarán ahí. No quiero poner expectativas en ello, solo ir y sentirlo”, señaló el murciano, seguido por sus compañeros. “Es superespecial tener con nosotros a Rafa en el equipo, tenerle aquí con nosotros en su último torneo es muy bonito”, añadió Marcel Granollers.

Estos dos jugadores son, además, los únicos de los que se puede asegurar su participación en las eliminatorias. Carlitos afrontará la misión de medirse con los número uno rivales, Tallon Griekspoor el primero de ellos (4-0 favorable al español, que nunca ha perdido un set ante el holandés). Con dos entrenamientos en Málaga tras su llegada de Italia, el cuatro veces campéon de Grand Slam aseguró sentirse mejor del profundo constipado que le lastró en las ATP Finals y que fue uno de los motivos por los que cayó en fase de grupos. “Aún sigo un poco resfriado, pero he podido entrenar aquí normal, sintiéndome muy bien. Casi me he olvidado del resfriado, estoy casi al cien por cien, muchísimo mejor de lo que estaba en Turín”. Granollers, por su parte, es el único doblista puro del equipo, cuarto del ranking mundial y un valor seguro para una modalidad en la que puede estar el punto decisivo.

A partir de ahí, el abanico se abre y será David Ferrer quien lo cierre. La primera gran decisión está en quién arrancará la eliminatoria en el primer individual, si Roberto Bautista o un Nadal que ha apurado para ver si puede rendir en el singles. Después, la otra incógnita a despejar está en el acompañante de Granollers para el dobles, con Rafa como gran candidato, aunque el catalán también probó con Alcaraz al lado. España quiere su séptima para decir adiós a Nadal a lo grande.

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