Sorribes suma buenos minutos hacia sus terceros cuartos en Bogotá
La española, en su primer torneo tras seis meses, supera a la local Arango, invitada y 242ª del mundo, y se medirá con la rusa Kamilla Rakhimova.
La vuelta a la competición de Sara Sorribes sigue siendo dulce. La jugadora española, tras más de seis meses alejada de las pistas debido a una lesión en el escafoides del pie derecho, debutó con victoria el martes en el WTA 250 de Bogotá, en el que ejerce como séptima cabeza de serie. Hoy, ha encadenado su segundo triunfo (6-4 y 6-3 en 1h:47), ante la colombiana Emiliana Arango, de 21 años y 242ª del mundo, para acceder por tercera vez a los cuartos de final del torneo, en los que se medirá con la rusa Kamilla Rakhimova (90ª), que ganó a una combativa Eugenie Bouchard (6-0, 6-7 y 6-4), con ganas de renacer. De momento, deberá seguir remando. Como una Sorribes (89ª) que, tras su reaparición, acumula muy buenos minutos en la raqueta. Seguramente, necesarios.
Por su tenis, fiel a la jugadora que siempre ha sido, y por las rivales, con momentos de inspiración, pero por debajo del nivel de la castellonense. En su primer duelo, Bolsova, tras encajar un rosco en el primer set, planteó un interesante segundo parcial; este jueves, Arango, pese su posición en el ranking y su condición de invitada, subía la exigencia. Su carácter, acompañado de una notable capacidad para minimizar errores, convierten a la colombiana en una jugadora interesante. El punto de partido es la mejor muestra. Sorribes, más agresiva de lo que acostumbra, necesitó tres remates, un intercambio en la red y un preciso globo final para cerrar el duelo.
Control y dominio
Un desenlace acorde a la trama, con una Sara muy propositiva y que llevó la iniciativa durante todo el encuentro. Con menos seguridad de la habitual, pero mucho juego ofensivo. El 5-1 del segundo set, por ejemplo, lo conseguía con un passing poderoso, cruzado y tras una gran carrera de izquierda a derecha. Arango le aplaudía y la española sumaba uno de los 23 ganadores (por 29 errores no forzados) de su cartilla. Acto seguido, la tenista local se ponía el mono de trabajo para alargar el set, tal y como había hecho en la primera manga, en la que pudo llegar al 5-5. Lo más cerca que estuvo de una Sorribes que, despedida por un caluroso aplauso y entre firmas y fotos, vuelve a sonreír.