Pedro Martínez se viste de héroe para superar a Rune y forzar el quinto partido
El valenciano salva una bola de partido y bate en un épico duelo al número uno danés para que España sume su segundo triunfo del día. La remontada, en manos de Carreño.
De la tortuosa ruta que tenía España por delante en su camino a la gesta de remontar un 0-2 en contra, lo más difícil ya está conseguido: cayó Holger Rune. El líder de los daneses, gran estrella de esta eliminatoria de Qualifiers de Copa Davis, mordió el polvo, en un partido épico, a manos de un Pedro Martínez que se vistió de héroe este domingo, dándole a la Armada los dos puntos con los que fuerza la celebración del quinto y definitivo encuentro, en el que, previsiblemente, Pablo Carreño y Elmer Moeller se jugarán el pase a la Final a 8 de Bolonia. El valenciano, que por la mañana venció junto con Jaume Munar en el dobles, firmó un partido de sobresaliente (iba para matrícula de honor de no ser por el final del segundo set) para superar a un desquiciado y bad boy Rune (6-1, 4-6 y 7-6 (3) en 3h16), que tenía la posibilidad de darle a Dinamarca un histórico pase a cuartos de final (solo lo logró en 1988).
Cortocircuitó Rune, al que volvió loco Martínez con una prácticamente impecable actuación, y al apagón mental le acompañó también uno físico en el tramo final del encuentro. El español ya había vencido, y bien vencido (6-4 y 6-1), al danés este mismo año en Róterdam, y es posible que aquello motivase a David Ferrer a hacer un cambio de última hora: en lugar de Munar, que como número uno tendría que haberse enfrentado a Holger, apostó por Pedro, que apenas tuvo 30 minutos de descanso entre ambos encuentros. Le salió a la perfección la apuesta al capitán español. Para desquiciar por completo al irascible Rune también colaboró el público de Puente Romano, con el que el joven danés tuvo sus más y sus menos durante todo el duelo.
Cuando apenas habían pasado cuatro minutos de partido, llegó el primer encontronazo con la grada de Rune, que, tras ganar un punto, miró desafiante y se llevó el dedo a la oreja porque un puñado de aficionados españoles estaban celebrando sus fallos con el primer servicio. No estuvo nada acertado el danés con su saque, y de ello se aprovechó un sensacional Martínez, que solo perdió tres puntos con su servicio en la primera manga. El de Alzira tuvo oportunidad de quiebre a las primeras de cambio, aunque se esfumó, pero en su segundo turno al resto no perdonó. A partir de ahí, Martínez dio una masterclass de lo que hay que hacer para ganar al 11º del ranking ATP: puso todas las bolas en juego, puntos largos sin cometer apenas errores no forzados, lo movió de lado a lado como pollo sin cabeza, usó reveses cortados...
Fue una exhibición la de Pedro en el primer set, en el que consiguió dos quiebres para anotarse un demoledor 6-1. Tuvo desquiciado a su rival durante más de una hora, porque al inicio del segundo set se apuntó un nuevo break que lo sacó completamente de quicio: Rune lanzó dos bolas fuera del complejo de Puente Romano, literalmente además, y se llevó un warning. Lo tenía en su mano Pedro, que seguía haciendo las cosas a las mil maravillas... hasta que se topó con la mejor versión de Rune, que por unos minutos se olvidó del ruido ajeno para sacar su mejor tenis. Con 4-2 favorable al español, al que puede que le entrase un poco el vértigo, el danés se puso a jugar como no lo había hecho en la primera hora, y se apuntó cuatro juegos seguidos para desafiar a la caldera que era Puente Romano y forzar el tercer set.
Hubo punto de eliminación
Tanta tensión la acabó pagando Rune, que al principio de la manga final fue atendido por unas molestias en el muslo derecho. Por momentos su movilidad se vio algo limitada, aunque se encontró con un regalo de Martínez, que al término del encuentro reconoció haber tenido calambres, en forma de break tras doble falta que le puso en disposición de sacar para ganar el partido y la eliminatoria. De hecho, tuvo una bola de partido, y de eliminación para España, en realidad. Contra las cuerdas, el valenciano no dejó de pelear en ningún momento para salvarla, y siguió llegando al límite a su rival, que se dolió del gemelo derecho tras una carrera en vano a una dejada. Devolvió Rune el mismo regalo, porque una doble falta suya prolongó el encuentro, que se convirtió en una montaña rusa de emociones, sensaciones y tenis. Hasta David Ferrer, un hombre calmado, se había encendido previamente, recriminando al supervisor de la ITF el comportamiento de Rune. “Le ha dicho ‘fuck off’ a la grada”, dijo, entre otras cosas, el capitán.
El que fue, sin duda, el mejor partido de la eliminatoria, no podía resolverse de otra forma que no fuese en el tie-break del último set. La pista Manolo Santana de Puente Romano, al grito de “¡sí, se puede!“, de ”¡Pedro, Pedro!“, y de ”¡a por Rune, oé!“, se echó encima de la tierra batida para espolear a Martínez y hundir a un danés que, además, ya estaba al límite físico. El español tomó ventaja a las primeras de cambio en un desempate en el que uno se puede romper las manos a aplaudir su valentía. Jugó largo, buscó ganadores, se fue a la red... En absoluto intimidado por tener enfrente al 11º del ranking mundial. Tuvo su premio, en forma de una de las victorias más especiales de su carrera, y alargando la vida de España en esta Copa Davis.
"Si para algo juego al tenis es para intentar estar aquí, hay veces que este deporte te da la oportunidad y sabía que iba a ser muy difícil, pero llevo una vida intentando dedicarme al tenis para poder cumplir cosas como estas", dijo un emocionado Pedro, héroe en Marbella. Sacar el billete a la Final a 8 quedará en manos de, si Ferrer no decide cambiar, Pablo Carreño, que se lo jugará a continuación contra, previsiblemente, un Elmer Moeller que ayer sorprendió con su triunfo sobre Munar. España encontró en Pedro Martínez a su héroe.
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