Swiatek: el “gran reto” de Bucsa

Cristina Bucsa jugará en la madrugada de este viernes (sobre las 06:00, Eurosport) el partido más relevante de su carrera, que ha despegado en el Open de Australia. Después de ganar a la alemana Eva Lys en la primera ronda y a la canadiense Bianca Andreescu, campeona del US Open 2019, en la segunda, se enfrenta a la número uno del mundo, Iga Swiatek. El partido se disputará en una de las pistas grandes de Melbourne Park, la Margaret Court Arena, la segunda más importante.

“Es un gran logro, por supuesto, pero ya el partido se acabó y tengo que pensar en recuperar y preparar el siguiente”, dijo tras clasificarse para la segunda ronda. “Jugar contra Iga (Swiatek) es un gran reto. Estoy contenta de que me haya tocado competir contra ella. E intentaré recuperarme lo antes posible para luchar otra vez. Le pone mucha intensidad y yo intentaré hacer lo mismo. La estudiaremos”, explicó Cristina, una “una persona muy tranquila”. “Eso se refleja en la pista. Disfruto muchísimo jugando y en los momentos críticos sé manejar los nervios, porque he estado trabajando bajo presión”.

Bucsa tiene un principio fundamental para mantener los pies en la tierra y no dejarse llevar por los cantos de sirena: “Me centro en mi actuación y en mi rendimiento. No me fijo (en la repercusión que ha tenido su éxito en Melbourne) en las crónicas ni miro el móvil, salvo para escribir a mi madre y a dos personas más”. Su padre, Ion, que además es su entrenador, la ayuda mucho a la hora de forjar su personalidad: “Me lleva a los límites, porque él fue deportista profesional, hizo biatlón, un deporte muy duro, y eso se ve en sus entrenamientos conmigo. Es lo que me ha dado la capacidad de tener esta mentalidad para afrontar estos retos de una manera muy calmada”.

Sonrisa y rutinas

Lo fundamental para Cristina es que disfruta “jugando al tenis”. “Y se me nota en la sonrisa que saco. Me gustan las rutinas y tener todo organizado, así que el tenis es para mí”. Por eso, solo piensa en pasárselo bien, aunque espera jugar en la Rod Laver, que hubiera sido “honor y un gran placer”. Quizá tenga la oportunidad antes de lo que cree. Nunca se sabe.