Alcaraz celebra con victoria su partido 200

El verano de Melbourne trae días en los que en 20 minutos se puede experimentar calor, frío, sol, lluvia y viento. Carlos Alcaraz quería jugar de día en el Open de Australia, pero seguramente no esperaba hacerlo en condiciones tan cambiantes y mayoritariamente desapacibles. Por eso, entre otras cosas, su partido contra Lorenzo Sonego, el número 200 de su carrera, resulto plomizo. Lo importante es que pudo celebrarlo con una victoria, aunque se dejó un set por el camino: 6-4, 6-7 (7), 6-3 y 7-6 (3) en 3h25. El sábado se enfrentará al ganador del exótico duelo entre el qualifier indio Sumit Nagal y el invitado chino Juncheng Shang (18 años y 140º), que se impuso por 2-6, 6-3, 7-5 y 6-4. “No lo sabía (lo de los 200). Estoy muy contento. Solo llevo dos temporadas y media en el circuito y llegar a esa cifra es increíble. Ahora trataré de llegar a los 300. Esto no para”, dijo el murciano de 20.

Alcaraz quería vengarse de la derrota sufrida ante Sonego en el Masters 1.000 de Cincinnati de 2021 e igualar el cara a cara (1-1 ahora). Lo consiguió a pesar de no encontrar sus mejores sensaciones, por esa inercia que hace prevalecer a los grandes campeones aún en los días malos, en duelos sin ritmo con este, en el que solo hubo 10 intercambios de nueve o más golpes. El servicio decidió. Y eso que Carlitos no mejoró demasiado el porcentaje de primeros con respecto al partido contra Gasquet (66%). Lo dejó en un 68%. Pero los que le entraron fueron efectivos. Y eso era importante ante un notable sacador, que no aprovechó suficientemente esa arma. De haber sido así, podría haber dado la campanada, como hizo ante Novak Djokovic, cuando el serbio también era número uno, en Viena 2020.

No obstante, Sonego dio la cara hasta el final y sucumbió en el tie-break de un cuarto set que se le complicó con un quiebre de salida y al que volvió de inmediato con un contrabreak. Mucho mérito, porque la tendencia del choque no le favorecía. El tropiezo cuando iba lanzado hacia la victoria afectó a Alcaraz, que se enfadó, aunque supo utilizar ese cabreo de manera positiva. “Fue un poco difícil con el viento y el sol. Intentamos estar ahí todo el rato y jugar un buen partido, dimos show, con grandes puntos. Fue un gran partido”, valoró, de manera quizá excesivamente optimista.

Actitud

El transalpino demostró tener buena mano en la red y así sobrevivió durante más tiempo del que seguramente esperaba. Charly no lograba pasarle ahí. Sin embargo, impuso su fuerza bruta con carácter y determinación, lo mejor que puede decirse de una actuación mejorable. La prueba es que cerró el partido con un remate a placer con el que hundió la bola en el lado de la pista de Sonego. Gran actitud a la espera de un tenis más brillante (34 errores no forzados), al margen de algún que otro destello de calidad.

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