TENIS | MASTERS 1.000 CINCINNATI
Norrie frena a Alcaraz
El británico, que había perdido en sus tres anteriores duelos, ganó con mucha paciencia al murciano y se enfrentará a Coric en semifinales.
La rivalidad entre Carlos Alcaraz y Cameron Norrie iba camino de ser de esas en la que uno de los dos gana siempre, en este caso el murciano, que dominaba por 3-0 en el cara a cara. Pero el británico de 26 años y número 11 del mundo se desquitó en un Masters 1.000, el de Cincinnati, después de haber perdido contra él este año en los de Madrid e Indian Wells, y en el US Open de 2021. Norrie salió vencedor en un thriller de más de tres horas que acabó con un marcador que refleja su dureza: 7-6 (4), 6-7 (4) y 6-4. Jugará su segunda semifinal en la categoría (fue campeón de Indian Wells el curso pasado) este sábado (00:00, Deportes por Movistar+) contra el croata Borna Coric, que está en racha y eliminó al canadiense Felix Auger-Aliassime con un doble 6-4. Alcaraz quizá acusa desde Wimbledon la exigencia de una temporada larga en la que además, ha jugado, con este, 53 partidos (44-9). Aun así, lo dio todo, como demuestran sus 43 golpes ganadores.
El partido se le puso cuesta arriba en un primer set que empezó bien para él, con dos juegos en blanco con su saque y cuatro oportunidades de quiebre en sus dos primeros turnos al resto, que no pudo convertir. Sin embargo, a partir de ahí, Norrie le enredó en su tela de araña de seriedad y consistencia. Le amenazó con puntos de break en el 2-3 y más tarde en el 5-6. Y gracias a su servicio de zurdo, con mucho efecto, no le permitió acariciar de nuevo la rotura. En el desempate, fue mejor Cameron. No se puso nervioso cuando del 3-0 inicial se pasó a un 3-3. Le ayudaron sus aciertos y los errores, bastantes, del muchacho de El Palmar. “Meteloooooó. Si llegas, lo metes”, se recriminó tras estrellar en la red una bola de revés.
En el arranque de la segunda manga, a Alcaraz se le escapó un 0-40 mientras se escuchaba en la pista central el estruendo de unos fuegos artificiales, lanzados no muy lejos de allí. Alcaraz necesitaba restar como un cohete para encontrar el break, y lo buscó con ahínco, pero no había manera (0 de 9) por sus propios fallos (44 no forzados en total) y por la pericia de Norrie, pese a no sacar demasiado bien y errar también bastante (41). No estaba cómodo Carlitos, sin precisión ni buena mano.
Reacción sin premio
No le quedaba más remedio que no desesperarse y fortalecerse mentalmente, porque, para colmo, no le entraban primeros servicios con asiduidad. Por eso, el que se hizo con el primer quiebre del encuentro fue el inglés. Aunque, cuando peor lo tenía y quizá menos lo esperaba, Alcaraz hizo por fin el suyo y eso podía darle otra perspectiva al partido, ya que además él empezó a servir mejor. Pero a Norrie no se le aparecieron los fantasmas de sus tres derrotas en el cara a cara y respondió con un juego en blanco, entereza y paciencia para aguantar hasta un segundo tie-break que encaró con furia Carlos. Y pese a que cuando mandaba por 2-0 se tiró a por un pasante de su rival que parecía ir desviado, lo tocó y perdió el tanto, más tarde ganó un puntazo de esos que suponen un cambio de tendencia.
Norrie, una suerte de Houdini tenístico, escapó de nuevo de una situación comprometida en los albores del tercer set. A esas alturas, Alcaraz había conseguido disfrutar, pasárselo en grande, como le insiste que haga Ferrero, su entrenador. Y a la segunda, no perdonó. Colocó un resto directo de drive para el 3-1 y saque. Su oponente, muy duro de mollera, hizo el contrabreak de inmediato en la fase más tensa y espectacular del duelo. Luego igualó (3-3) antes de pegar un último zarpazo para ponerse con un gustoso 5-4 y apuntarse con su posterior saque una de las victorias más importantes de su carrera.