Medvedev echa a su mujer de la pista y pierde contra Zverev

Más a menudo de lo que sería deseable, el mal genio arruina las opciones de Daniil Medvedev en los torneos. No es la primera vez que se deja llevar por la frustración y la transforma en negatividad para él y para los que le rodean. Es un magnífico tenista, uno de los mejores de la última década, pero hubiera sido aún más grande si se hubiera tomado las cosas con más calma y otro talante. Este viernes, en París, dejó escapar una victoria que tuvo al alcance de la mano ante Alexander Zverev, que templó mejor los nervios para salvar dos bolas de partido y vencer por 2-6, 6-3 y 7-6 (5) en 2h30.

Al principio del tercer set, después de encajar un peligroso break, Medvedev, un tipo muy simpático fuera de la pista, se sentó después de hacer gestos de desaprobación con su equipo, levantando de manera irónica los pulgares. Luego tuvo unas palabras en ruso con su esposa, Daria, que no dudó, enfadada, en levantarse de su asiento y abandonar la pista central de La Défense Arena. El marcador reflejaba un 2-1 favorable al alemán, que Daniil estuvo a punto de remontar. De hecho, tuvo dos bolas para obtener la victoria con 5-4 al resto. Se le escaparon y en el desempate final fue mejor el alemán. El moscovita se dirigió de nuevo enfadado a su gente, incluida su esposa, que había vuelto después de unos minutos, justo antes de esos match points que tuvo su marido, que se ganó la desaprobación de un público que no paró de abuchearle.

Duelo de altos vuelos

El caso es que será Zverev quien se enfrente este sábado (no antes de las 17:00, Movistar+) a Jannik Sinner por un puesto en la final. El hamburgués, vigente campeón, se quitó de encima la espina de las frecuentes derrotas que solía encajar contra Medvedev, que sigue dominando con claridad el cara a cara (14-8), y que había ganado ocho de los últimos nueve duelos desde el inicio de 2023. Antes había podido con él dos veces en París, en 2020, para levantar el trofeo, y en 2021.

“Sentí que empecé jugando bien, pero muy estúpido tácticamente”, valoró con autodureza Zverev. “Sentía mis tiros, pero jugaba muy tontamente. Cambié cosas y pude darle la vuelta al partido y salvar esos puntos de partidos siendo valiente”, añadió. “Daniil es mi kryptonita, no me gusta jugar contra él, es alguien que me ha tomado la medida en los dos últimos años. Así que estoy encantado con la victoria”, concluyó Sascha, que iguala las cuatro presencias en las semifinales del Masters 1.000 francés de Sampras, Safin, Kafelnikov y Federer, en el tercer puesto de la lista histórica, tras Djokovic (9), Nadal (5) y Becker (5).

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