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Alejandro Davidovich
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Holger Rune
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MUTUA MADRID OPEN

Davidovich prevalece en un duelo épico marcado por el ‘VAR’

El español vence a Rune con épica y polémica por el sistema de revisión de las líneas, que según él, falló al menos dos veces. En octavos le espera Coric.

Alejandro Davidovich no olvidará nunca la épica victoria que logró en su partido de la tercera ronda del Mutua Madrid Open, que empezó el domingo y acabó pasada la una de madrugada de este lunes. Al borde de la extenuación, con los nervios a flor de piel y soportando una tensión tremenda, el español venció por 7-6 (1), 5-7 y 7-6 (5) en 3h05 a Holger Rune, sexto favorito del torneo, reciente campeón en Múnich y finalista en Montecarlo, torneos que se disputan también sobre tierra batida. El martes se enfrentará en octavos al croata Borna Coric, que sorprendió al polaco Hubert Hurkacz (7-6 (3) y 6-3).

“Davidovich Fokina, Davidovich Fokina”, le cantó un público enfebrecido, que no se comportó nada bien con su rival, no hay que ocultarlo. “Solo quiero deciros, muchas gracias, habéis sido alucinantes. Sin vosotros, este partido no lo gano así ni pa’tras”, agradeció Alejandro.

“Ganar hoy en casa a uno de los jugadores que va a ser de los mejores del mundo ha sido muy especial. No lo olvidaré, porque, además, nunca había ganado dos partidos seguidos en Madrid. Tengo muchas ganas de volver a esta pista”, añadió con más calma tras un encuentro que estuvo marcado por la polémica suscitada por el ‘VAR’ del tenis, el Foxtenn, equivalente al más habitual Ojo de Halcón, que se utiliza en algunos torneos de la gira de arcilla.

Con 3-3 en el primer set, un saque de Rune se marchó claramente fuera, incluso para el juez de silla, el brasileño Carlos Bernardes, que así se lo indicó al danés. Davidovich pidió la revisión y el sistema de la empresa española mostró una imagen en el que la pelota botaba en la línea, provocando la indignación del malagueño. “No me jodas. Ha sido mala. Llama al supervisor, que no voy a jugar con el Foxtenn, que me han mangado ahí y ahí. Esa bola la estás viendo desde ahí y la estás cantando buena. Me da igual la máquina. No voy a jugar. No ves que da error. Estás ahí para corregir y no lo estás haciendo”, reclamó Alejandro.

“Vamos a jugar”, dijo el árbitro. “Que no juego”, contestó el jugador. Mientras Davidovich discutía con el supervisor, Rune piso y después borró la marca ante el enfado del público que le abucheó. “En 20 años no he visto un comportamiento así”, espetó Bernardes más tarde entre constantes silbidos y protestas de los espectadores. Tras este sainete, pasados unos minutos y con el dispositivo supuestamente en correcto funcionamiento, el duelo se reanudó y el set se lo llevó el español en el desempate.

Colofón glorioso

Con algo más de calma en las gradas, la segunda manga fue para Rune, que la mereció porque encontró la forma de sumar el primer quiebre del encuentro. Acto seguido, igualó Alex, pero volvió a perder su servicio en el undécimo juego y en el siguiente, el set. En el tercer parcial se repitió el patrón. Break de Holger y contrabreak de Alejandro. Rune, hiperactivo y nervioso, se lio y tras un largo intercambio estrelló una bola en la red que le puso en bandeja el triunfo a su rival. Con 5-3, Davidovich sacó para ganar, pero desperdició la oportunidad. Con molestias en la pierna derecha, parecidas a las que había tenido antes el danés, se aseguró al menos el desempate y en esa suerte lo dio todo para que no se le escapara un triunfo épico. El partido no fue impecable, pero sí muy emocionante, jugado con pasión por dos tenistas con talento, eléctricos, espectaculares. Una delicia.

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