TENIS | CINCINNATI

Alcaraz, operación número uno

El español, tras su plata olímpica, debuta este jueves en Cincinnati, contra Monfils. Su objetivo es terminar el año en la cima del ranking.

DYLAN BUELLAFP

Con ese gen ganador que ya tiene increíblemente desarrollado a sus 21 años, Carlos Alcaraz se despidió de los Juegos Olímpicos con una plata, una sueño para cualquier deportista, y entre lágrimas, porque él no es un deportista más. El español, insaciable, quería el oro a toda costa. Djokovic, finalmente, se lo arrebató en otra final para el recuerdo. Ahora, desde este jueves (no antes de la 1:00 de la madrugada, por Movistar Deportes) y sin el serbio, el prodigio de El Palmar iniciará el esprint final de la temporada en el Masters 1.000 de Cincinnati. Y lo hará con la misma hambre de siempre. En sus primeras declaraciones después de brillar en la arcilla olímpica de Roland Garros, Charly ahorró en cautela: en lo que queda de año, su objetivo es recuperar el número uno del ranking. El veterano Gael Monfils (37 años y 46º del mundo), que este miércoles superó a Popyrin (7-5 y 6-3), será el primer obstáculo.

“Ser el número uno es el objetivo todo el tiempo y la race es un ranking importante para mí. Si acabo la temporada número uno de la race, posiblemente también sea número uno del ranking. Estoy centrado en ir a cada torneo a desplegar mi mejor tenis, hacer buenos resultados y escalar”, dijo Alcaraz, casi darse tiempo para disfrutar de su plata en unos Juegos que vivió muy intensamente. Tanto a través de las redes sociales, celebrando cada medalla de sus compatriotas, como en la Villa, de la que quiso formar parte activamente (muchos deportistas de su talla optan por vivir en un hotel durante los Juegos). “Compartir momentos con otros deportistas es especial, pero es obvio que el descanso, la comida, el llegar tarde... no es sencillo”, valoró de su experiencia vital, otra más para rellenar la mochila de su juventud.

Después de todo ello, antes de volver a la rutina del circuito, mucho más acomodada, Alcaraz sólo se dio un par de días de respiro. Se saltó Canadá, aunque con remordimientos. “El calendario no para. Me bajé de Montreal, donde tenía ganas de ir para ponerme más arriba en el ranking, pero hay que escuchar al cuerpo”, explicó con la plata en el cuello, pensando ya en ese número uno que quiere recuperar y que ostentó por última vez en septiembre del año pasado, tras el US Open. Un año después, camino del Grand Slam norteamericano y tras haber ganado tanto Roland Garros como Wimbledon, tratará de recuperarlo partiendo desde la tercera posición. Con 7.950 puntos en su casillero y con 2.000 a defender hasta el final del curso, tiene por delante a Djokovic, con 8.460 en su cuenta y 5.300 a resguardar, y a Sinner, con 8.770 y 2.370 a proteger. Si alcanza los cuartos, desbancará al serbio, que perderá los 1.000 como campeón del año pasado. El italiano aún no está a tiro.

Mucho calor y una final para el recuerdo

Alcaraz aterrizó en Cincinnati, el sábado. El domingo, ya peloteó con el italiano Matteo Berrettini. En las instalaciones del Lindner Family Tennis Center, en un ambiente muy caluroso (en la mayoría de sus prácticas, se le ha visto sin camiseta), el prodigio de El Palmar causó furor, como ya es habitual. En Ohio, además, guardan muy buen recuerdo de él. El año pasado, Carlitos cedió contra Djokovic en un partido por el título que fue catalogado como uno de los mejores de la temporada (o algo más). “Por supuesto, me dio un poco de pena esa final, pero fue un momento muy útil para mi carrera. Simplemente, para aprender de esa derrota y tratar de ser mejor después de eso. Es un nuevo torneo y quiero pensar en esta semana”, dijo. Charly aprende con golpes de grandeza.

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