El último baile de Rafa Nadal en Barcelona

Rafa Nadal dice adiós a Barcelona y Barcelona se lo dice a él. Porque la derrota ante De Miñaur parece la última del tenista balear en el Barcelona Open Banc Sabadell – Trofeo Conde de Godó. Un torneo del que ha sido, y es, emblema porque ha levantado el título en hasta 12 ocasiones (el primero fue en 2005 y el último, en 2021) y cuya pista central del Real Club de Tenis de Barcelona lleva su nombre. Un reconocimiento a la altura de un gigante que este miércoles no pudo superar la segunda ronda. De Miñaur le superó por 7-5 y 6-1 en una hora y 52 minutos.

La familia de Rafa Nadal, con su mujer, padres y hermana, estuvo presente en la pista. No se quisieron perder lo que se antojaba como su último baile en la plaza catalana. En las horas previas al duelo ya se respiraba que el de este miércoles, ante De Miñaur, podía ser el último encuentro en el Godó. A sus 37 años se vislumbra su retirada, pero quería decir adiós a Barcelona compitiendo. Y vaya sí lo hizo porque por momentos se vio a ese Rafa Nadal estratosférico. De Barcelona siempre ha obtenido cariño y el tenista español se entregó hasta el final. Pese a esta derrota, sus números son de récord en este Godó, con 67 victorias y solo cinco derrotas. Esta última duele por lo que supone. Su despedida desde el centro de la pista Rafa Nadal no es ningún hasta luego, sino un adiós.

De Miñaur ha sido su verdugo. Número 11 del mundo, australiano, aunque de madre española y padre uruguayo, y que venía con el viento a favor de alcanzar los cuartos de final en el Masters 1.000 de Montecarlo. Tiene 25 años y una larga, y buena, carrera por delante, pero siempre podrá contar que ganó dos veces a Rafa Nadal. La primera fue el año pasado en la United Cup y esta vez el KO fue en arcilla, en la primera vez que se enfrentaron sobre esta superficie. Lo cierto es que puedes ser muy bueno, como De Miñaur (veloz y con una capacidad de anticipación a tener muy en cuenta), pero también se debe saber gestionar la presión de tener a Nadal al otro lado de la red. Y el australiano lo hizo a la perfección.

Desde el inicio, De Miñaur mostró respeto a Rafa Nadal, pero ningún miedo. De ahí que en la primera que pudo le rompió el saque. Con 1-0 a su favor hizo un despliegue de dejadas y quiso llevar al límite a un Rafa que respondió con raza, calidad y puntos que hicieron levantar a la gente de sus asientos. Puro Rafa. Tras 22 minutos llegó su primer “vamos”, pero es que De Miñaur estaba certero. Tras mucho desgaste, Nadal remó y su puño en alto marcó el camino hacia el 3-3. Tras devolver el break, lo importante era mantenerse firme y no perder el servicio. Y Nadal no falló, con un juego en blanco para marcar músculo y ponerse 3-4. Tuvo después el 3-5 al disfrutar de una bola para romper el servicio de De Miñaur, pero el australiano, impasible, no perdonó. Tras el 5-5 fue un drama para Nadal. 0-40, con tres bolas de break para De Miñaur y lo aprovechó. El 7-5 fue en blanco para el australiano y set cerrado tras una hora y siete minutos de juego. El ‘problema’ de Rafa Nadal fue que solo ganó el 38 por ciento de los puntos con el segundo servicio.

Ya en el segundo set, Rafa Nadal lo intentó pero fue remar para morir en la orilla. Avisó que no venía para homenajes ni fotografías y lo cumplió. Volvió a destilar garra, aunque De Miñaur fue superior. De ahí el 6-1. Aguantó el balear para no empezarlo como el primer set, con un break abajo, y se acabó llevando el 0-1. Esa fue la única alegría porque el australiano fue un rodillo. Lo devolvió todo y ahogó a un Nadal que llegó a lamentarse por errores no forzados: “No hombre, no” fueron algunos de sus palabras tras estos fallos. Al final llegó lo inevitable, la derrota y una ovación a su entrega y partidos repletos de momentos inolvidables.

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