Djokovic bate a Hanfmann para volver a una final 167 días después

Puño en alto, dientes apretados mirando a su equipo y la ya clásica celebración haciendo de su raqueta un violín. Así festejó Novak Djokovic que volverá a jugar una final 167 días después. Así celebró cortar una racha atípica en la trayectoria del tenista más ganador de todos los tiempos. El serbio, que no jugaba un partido por el título desde el pasado 24 de mayo en Ginebra, donde levantó el trofeo número 100 de su carrera, lo volverá a hacer en el ATP 250 de Atenas después de superar en las semifinales de este sábado a Yannick Hanfmann (6-3 y 6-4 en 1h19) en lo que resultó en un triunfo balsámico para Nole, que sumaba cuatro derrotas consecutivas en penúltimas rondas de torneos (Roland Garros, Wimbledon, US Open y Shanghái). Tratará de levantar el título 101 de su carrera este domingo (16:00, M+) en un partido con morbo, ya que su rival será un Lorenzo Musetti obligado a ganar para acceder a las ATP Finals. El italiano apuró sus opciones sobreviviendo a Seb Korda (6-0, 5-7 y 7-5), que llegó a tener una bola de partido.

Está disfrutando de lo lindo Novak en Atenas, donde ahora reside y ha llevado su torneo, ese que anteriormente se jugaba en Belgrado. “Gracias por el apoyo y por llenar este estadio, es un gran recinto en el que tener el torneo. Es el tercer partido aquí y cada vez que salgo me quedo sorprendido, es uno de los estadios más bonitos del mundo, está en mi top-3 y lo hacéis muy especial”, dijo con una sonrisa el jugador de 38 años, que sigue sumando puntos para consolidarse virtualmente en el cuarto puesto del ranking mundial y ya amenaza el tercero de Alexander Zverev en función de lo que suceda en Turín. Djokovic, que completó su mejor partido en la capital de Grecia, disputará la final número 144 de su vida, la 95ª en pista dura (a tres del récord de Roger Federer), y podría ganar un título que no tiene en su vitrina de trofeos, por lo que sería el 47º distinto de su vida.

Para darse la oportunidad de ello, el balcánico cuajó un más que sólido duelo ante el alemán Hanfmann, de 33 años y 117º del mundo, que llegaba desde la previa y en busca de la primera final de su vida en pista rápida. No le dio el serbio mucha oportunidad de alcanzarla, y es que Djokovic supo quitarle a su rival mucho tiempo y estuvo muy rocoso desde el fondo de la pista. Apenas cometió 12 errores no forzados y se lució con el saque, sobre todo con nueve aces, un 74% de puntos ganados con primeros y un notable 69% con segundos. No tuvo problemas para apuntarse el primer set con un solitario break en el ecuador de la manga, y sí que se encontró con un contratiempo en forma de break en contra en el inicio del segundo parcial, el cual supo remontar con dos roturas consecutivas de mucha calidad, como si hubiese retrocedido en el tiempo unos cuantos años.

“Ha sido el mejor tenis que he jugado en este torneo, ha llegado en el momento adecuado. Hanfmann es una gran amenaza, un jugador alto, agresivo, que saca muy bien, le pega muy plano con buenos golpes. Te quita tiempo. He tenido que estar concentrado, estuve break abajo en el segundo set pero mantuve la compostura, no fui muy negativo conmigo mismo y al final resultó positivo. Un gran nivel de tenis, estoy contento y con ganas de jugar la final de mañana. Invito a todos que vengan mañana, llenemos el estadio y disfrutemos del tenis”, analizó Djokovic, a un paso de su título número 101. Solo lo puede impedir Lorenzo Musetti, de 23 años y noveno del mundo, que necesita la victoria ante el serbio (balance de 8-1 favorable a Nole) para superar a Felix Auger-Aliassime y lograr la última plaza en las ATP Finals. El de Carrara las pasó canutas ante Korda, 25 y 52º, a pesar de endosarle un rosco en el primer set, y es que el norteamericano se recompuso y llegó a tener bola de partido al resto, aunque Musetti lo salvó con un ace y a continuación rompió para la victoria.

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