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Suiza reta a una Australia cruel con el sueño local

El combinado helvético, superior a la República Checa en los individuales, y el aussie, que vence a Gran Bretaña en el súper tie-break del dobles, se citan en la final.

ED SYKESAction Images via Reuters

Gran Bretaña no disputaba unas semifinales de la Copa Federación, ahora Billie Jean King Cup, desde 1981. Casualmente, lo hizo ante Australia, como este sábado en Glasgow, en un Emirates Arena que, antes del improbable 3-0 a España, el único resultado válido para avanzar, no contaba con poder disfrutar de las suyas durante el fin de semana. Lo ha hecho casi hasta el final. Con emoción hasta el último punto de las suyas. Con las esperanza de seguir alargando un sueño utópico, pero que se acercaba a la realidad. No la alcanzó. Se le escapó en el último juego posible, en el súper tie-break de un dobles decisivo. El combinado aussie será quien dispute la final del torneo (este domingo, a las 15:00, por TDP), su 19ª, ante Suiza, que superó a la República Checa de forma totalmente opuesta, solventando su semifinal en los duelos individuales.

Para Gran Bretaña, quedará el rastro de un camino de resiliencia, de orgullo nacional. De la remontada para encabezar el grupo C al superdesempate final, necesario para decantar una eliminatoria que empezó dominando Australia, por medio de Storm Sanders (6-4 y 7-6(3) ante Heather Watson), y que igualó Harriet Dart, ante Ajla Tomljanovic (7-6 y 6-2). La propia Sanders, 10ª del mundo en la especialidad, junto a Samantha Stosur, decantaba la balanza frente a Olivia Nicholls y Alicia Barnett (7-6, 6-7 y 10-6) en un partido durísimo, con tres desempates en total, que pone a Australia en disposición de lograr su octavo título en el torneo.

La última estocada a una anfitriona modesta, que acudía sin su gran figura, Emma Raducanu, y con sólo una jugadora dentro del top-100, Dart (98ª), encargada de dar valor al dobles. Sin grandes logros en el circuito WTA, con la final de dobles en Wimbledon 2021 como episodio más destacado (en individuales nunca ha superado la tercera ronda de un Grand Slam), este sábado mandaba la eliminatoria al todo o nada tras superar a la 33ª raqueta mundial. “Sabía que sería un partido muy difícil, era una rival muy dura, pero no hay nada como llevar el peso de Gran Bretaña en la espalda, se me pone la piel de gallina. Es algo superior a mí, incluye a todos los que están aquí, a todo el equipo...”, declaraba Dart tras ganar a Tomljanovic. En 1981, Sue Barker y Virginia Wade, en el dobles, rompían la igualdad en favor de las británicas. En Glasgow, ante un público entregado, la historia no se repitió.

Antes, Watson (133ª), supeditándolo todo a una nueva remontada, ya había caído ante Sanders (6-4 y 7-6(3)), con poca experiencia en competiciones individuales (237ª), frente a su buen recorrido como doblista, pero casi infalible cuando defiende los colores australianos. Ha ganado cinco de los seis partidos que ha disputado. En esta edición, no ha fallado, con tres victorias en tres duelos. Ante Watson, empezaba al mando, buscando insistentemente un break que encontraría en el tercer juego, y terminaba luchando, llevándose el tie-break de la segunda manga tras ser atendida por problemas físicos. No le pasaron factura entonces ni en el dobles, su terreno, donde, tres desempates después, puso a las suyas a esperar. Y llegó Suiza.

Nueva oportunidad

El año pasado, sólo Rusia, ahora vetada, pudo frenar a Suiza en su camino hacia el primer título de su historia. Tras rozarlo, las helvéticas los persiguen con ansia, con un torneo prácticamente perfecto. En la primera fase, sólo cedieron un dobles ante Canadá, cuando ya tenían el pase resuelto; en su semifinal, ante una once veces campeona República Checa, tampoco han necesitado sufrir más allá de los duelos individuales. Viktorija Golubic (77ª), con un doble 6-4, daba el primer paso ante Karolina Muchova (149ª); Belinda Bencic (12ª), a continuación, por 6-2 y 7-6, remataba ante Karolina Pliskova (32ª). Chequia, que 24 horas antes había arrollado a Estados Unidos con Vondrousova y Siniakova, decidía cambiar por completo su apuesta en los duelos individuales. Y le salía mal. Golubic, que entraba con mucha fuerza al partido (3-0), arrastraba la inercia hasta el final; la campeona olímpica, Bencic, que heredó la dinámica, tras una primera manga muy cómoda, solucionaba en el tie-break un parcial en el que tuvo que afrontar una bola de set. La superó y Suiza tendrá otra oportunidad.

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