Aquellos “maravillosos” años de Conchita y Arantxa

La historia de España en la Billie Jean King Cup (la Copa Federación cuando ellas jugaban) no se entiende sin Conchita Martínez (Monzón, 51 años) y Arantxa Sánchez Vicario (Barcelona, también 51). Dos décadas después de su adiós a la Selección, esta semana están en Sevilla como embajadoras de lujo de la competición, que celebra allí sus Finales (Conchita es su directora) y su 60 cumpleaños. Aprovechando la ocasión, desempolvan el baúl de los recuerdos.

Melbourne, 1988

“Fue una locura”, coinciden hablando de aquel año, cuando aún se jugaba desde dieciseisavos en una misma sede. España cayó en cuartos ante la extinta URSS. “Estábamos un poco como en shock. Fuimos e hicimos lo que pudimos”, dice Arantxa. “Éramos muy jovencitas, y era una cosa muy exótica entonces”, completa Conchita.

Nottingham, 1991

“Todo empezó allí, en el dobles decisivo contra las americanas (Gigi Fernández y Zina Garrison). No habíamos jugado casi nunca juntas y no pudimos empezar de mejor manera”, rememora Arantxa. “Las volvimos locas, porque nuestro juego era de fondo. Cuando subían a la red, les hacíamos la bajita...”, le recoge el guante Conchita. Y continúa Sánchez Vicario: “Luego al centro, luego el globo... Hasta se enfadaron entre ellas”. Con ese triunfo, España se proclamó campeona por primera vez.

Valencia, 1995

Fue la primera copa en casa, ya con formato de local y visitante. “El ambiente, con más de 6.000 personas, gradas llenas... Era tremendo. Eso es de agradecer. Siempre tuvimos el apoyo del público”, cuenta Martínez. “Nos animaban siempre y eso motiva mucho”, recalca Arantxa.

Ginebra, 1998

Su último título, el comienzo de una sequía española que dura 25 años. “Fue impresionante. Recuerdo contra Patty (Schnyder), un partido que duró tres horas y media. Y en el dobles ganamos a Hingis. Luego las celebraciones eran siempre muy especiales”, apunta Conchita. Antes, en semifinales, vencieron a Estados Unidos en el Club de Campo de Madrid. “Fue de locos, porque se fue la luz, acabamos a la una de la mañana. No le rompíamos el saque a Lisa Raymond, y de repente, cuando sacaba para el partido, lo conseguimos y acabamos ganando. Estábamos eufóricas”, recuerda Sánchez Vicario.

Conexión especial

“Nos ha encantado siempre. Ha sido un honor representar al país. Si no, no habríamos jugado tantas eliminatorias, no habríamos hecho todo lo que hicimos. Fueron años maravillosos”, celebra Martínez. “Siempre hemos tenido mucha conexión y comunicación. El equipo era una piña y Conchi y yo teníamos mucha relación. Yo creo que se transmitía en la pista. Nos apoyábamos dentro y fuera de ella. Nos hacíamos mejores. A mí se me pone la piel de gallina aún”, confiesa Arantxa sobre una complicidad que entonces se cuestionaba.

Nuevas generaciones

“Las animamos, estamos a su lado”, lanza Sánchez Vicario. “El otro día estuvimos con las júnior y nos hicieron un montón de preguntas. Estaban muy motivadas. Les contamos nuestra experiencia y les transmitimos que lo hagan todo con pasión y se diviertan”, remata Conchita. Una dupla histórica.

Billie Jean King

La leyenda estadounidense da nombre dese 2020 a la competición, que ahora dirige Conchita, quien ensalza su figura: “Súper importante. Está muy involucrada. Tiene muchísima energía. Desde que fundaron la WTA ha luchado por los derechos de las mujeres, y tener alguien con tanta fuerza, una líder tan clara, se agradece. Nos hizo el camino un poquito más fácil y se sigue sacrificando para que las jóvenes tengan mejores condiciones”.

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