Badosa no puede con Swiatek y España cae eliminada
La catalana, que jugaba sin margen de error tras la derrota de Sorribes, es superada por la número dos y Polonia se carga a la anfitriona, que suma una nueva decepción en la BJKC.
España vive en la Billie Jean King Cup una pesadilla de la que no logra despertar. En la edición de 2024, en Málaga, no ha hecho más que recrudecerse ese mal sueño: la Selección quedó eliminada a las primeras de cambio, en octavos de final, después de caer por 2-0 frente a Polonia. La última vez que la Armada pisó los cuartos de final en la copa del mundo de tenis, torneo del que es pentacampeona (el quinto entorchado llegó en 1998), fue en 2017, y para encontrar a España en la pelea por el título hay que retroceder a 2008, cuando sucumbió en la final. Este viernes, la anfitriona quedó apeada en su estreno en las Finales tras la derrota de una brava Paula Badosa frente a Iga Swiatek por 6-3, 6-7 (5) y 6-1 en 2h38. La catalana jugó sin red, ya que antes Sara Sorribes sufrió una dolorosa remontada a manos de Magda Linette (7-6 (6), 2-6 y 6-4 en 3h51). Polonia, en sus primeros cuartos de final desde 2015, peleará este sábado frente a Chequia (17:00) por un puesto en las semifinales.
Desde que la Billie Jean King Cup adoptó su nueva denominación y formato para la edición de 2021, España lleva cuatro años seguidos dándose de bruces a las primeras de cambio. Los tres cursos pasados fue al no superar la fase de grupos, y en esta temporada, en la que ha desaparecido la liguilla, en su primera eliminatoria cara a cara. Es lo que tiene este novedoso formato, que no permite un inicio dubitativo porque, en cuanto uno se da cuenta, está fuera. “Nuestro objetivo es ganar, obviamente”, se dijo en la rueda de prensa previa al torneo, pero la crudeza de la competición golpeó un año más a España. El balance de la Selección las últimas cuatro Finales de la Billie Jean King Cup es de tres victorias y cuatro derrotas, y con la derrota de este viernes ante Polonia se puso punto final a la era de Anabel Medina como capitana, quien llegó al cargo en 2018 y, tal y como adelantó AS, no renovará su contrato que expira al término del presente curso. La valenciana, tras el partido de Badosa, fue homenajeada sobre la pista en reconocimiento a sus siete años al frente de la Armada. “Hoy es un día un poco triste, pero estoy superorgullosa de mi equipo. Acabar así no es lo más bonito, pero he disfrutado cada desafío que he tenido y recordaré todos estos años durante toda mi vida”, dijo Medina, que se despide con un balance de 9-5 en eliminatorias bajo su mandato.
Lo que no se le puede reprochar en esta edición a las jugadoras de la Selección es la falta de ímpetu en pista, porque tanto Sara Sorribes como Paula Badosa completaron buenos partidos y tuvieron sus opciones, pero la moneda cayó hacia el lado contrario, ambas ante rivales de mayor ranking. La castellonense tuvo contra las cuerdas a Linette con un 3-0 en el tercer set, pero la polaca se anotó seis de los siete siguientes juegos para dar el primer punto a las suyas, una situación ideal para las centroeuropeas ya que, para el segundo individual, cuentan con la jugadora con mejor ranking de la edición. Iga Swiatek, número dos mundial y en racha de ocho victorias seguidas en BJKC, no perdonó el match-ball que le había brindado su compañera Linette, ató la eliminatoria y, ya de paso, apagó todas las energías de la carpa anexa al Martín Carpena, que se volcó con una Badosa que jamás dejó de intentarlo.
Porque lo cierto es que la catalana, en el día que cumple 27 años, apretó y mucho las tuercas de la todopoderosa Swiatek, sobre todo desde el segundo set. También plantó cara de muy buena manera en el inicio de partido, aunque una desconexión agravada con una doble falta con bola de break en contra propició que la ganadora de cinco Grand Slams se llevase el primer set. Fueron varios los juegos en los que las dudas rondaban la cabeza de Badosa, cuyos errores no forzados no se correspondían con el elevado acierto de la polaca, una máquina de meter bolas sin fallo. Lo aprovechó Swiatek para colocarse 3-0, break arriba, en el inicio de segundo set. Pero Paula, de vuelta en un partido de Billie Jean King Cup por primera vez desde 2022 (no pudo jugar el año pasado en Sevilla por su lesión de espalda), renunció a sacar la bandera blanca.
La de Begur le pegó muy duro a lo largo de todo el partido, provocando mucho error forzado de Swiatek, y en el segundo parcial se combinó una subida en el acierto de Badosa con la llegada de los fallos no forzados por parte de la polaca. Un intercambio de breaks le permitió a la española igualar la manga, y la pena es que estuvo muy cerca de lograr un quiebre más que le hubiese brindado el set (con 4-4 perdonó dos bolas de break, y con 5-5 hubo cuatro iguales). Su mérito es que consiguió quitarle a la vigente campeona de Roland Garros su capa de invencibilidad. Ayudó también el público malagueño, que empujó a una Paula que forzó el tie-break. En el desempate, con muchos nervios en ambos lados de la pista, Badosa fue tremendamente sólida y rentabilizó la primera bola de set de la que dispuso. Rugido y dedo a la oreja de la española, que puso en pie a la grada e hizo creer con que la remontada era posible.
Tristemente, Swiatek bajó la temperatura de la caldera malagueña y de Badosa, que perdió sus cuatro juegos al saque del tercer set, el cual fue interrumpido en su ecuador por una emergencia médica en la grada. La de Varsovia regresó a su versión rocosa, sin regalos, y a Paula le costó ajustarse. Más tarde, la de Begur reconoció en rueda de prensa que tuvo un bajón físico en comparación con la inquebrantable Iga. Además de eso, una de las grandes claves de un duelo tan igualado fue la efectividad en los momentos calientes: la polaca salvó cuatro de las siete bolas de break que tuvo en contra, mientras que Badosa llegó a los juegos finales con un 1/9 en oportunidades de rotura salvadas. Castigó con su clásica solidez Swiatek, y Badosa cerró con pena una temporada que merece una muy buena nota tras su brillante remontada en el segundo tramo de temporada. Por ello y por su entrega durante el encuentro se llevó al acabar la ovación del público, que le cantó el Cumpleaños Feliz. También se cierra la era de Anabel Medina como capitana de la Selección española, una organización que emprende ahora la búsqueda de una nueva líder que trate de remediar la racha de tristezas que se van acumulando en los últimos años.
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