Aprobada la ley de bienestar animal excluyendo a los perros de caza

Ayer tuvo lugar en el Congreso de los Diputados, la votación de la Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales, que fue aprobada en Consejo de Ministros, el pasado 1 de agosto.

Esta normativa que se quiere implantar, así como la reforma del Código Penal, tienen una marcada ideología anti caza impuesta por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

Y si, finalmente se ha aprobado la Ley de Bienestar Animal, pero excluyendo a los perros de caza que, por supuesto, es una muy buena noticia para todo el sector cinegético, de lo contrario, hubiera sido un sin sentido. No obstante, no es suficiente, ya que la ley sigue poniendo en grave riesgo la biodiversidad al contemplar la protección de colonias felinas, y para la sociedad en general.

Dentro de la ley animalista no solo se incluían los artículos que afectan a los perros de caza, no olvidemos que se siguen incluyendo artículos, como el 70, 71, 72 y 73 que afecta directamente a la actividad cinegética. Dichos artículos regulan el uso de animales en algunas actividades culturales y festivas, atendiendo, según el preámbulo a “unas condiciones de uso acordes a su dignidad como seres sensibles, con el fin de evitar situaciones de humillación, maltrato y muerte del animal”. Para echarse a llorar.

En concreto los artículos 70 y 71, sobre la utilización de los animales en filmaciones y artes escénicas. Bajo esta nueva regulación, las actividades se someten a un control en forma de declaración responsable o autorización, ambos, ante la autoridad u órgano competente. Por lo que la aprobación de estos artículos afectaría totalmente a los medios de comunicación del sector cinegético.

Para todo el sector de la caza y del mundo rural, es una tragedia que, sin falta de acuerdo ni consenso, sigan su tramitación tras la votación de ayer en el Congreso de los Diputados y se dé continuidad a dos proyectos que han suscitado gran confrontación en toda la sociedad y especialmente en el mundo rural, amenazado por una normativa elaborada en contra de criterios técnicos, científicos y sin escuchar a las partes.

Teniendo en cuenta que la operación de ambos proyectos, tramitada con prisas y de manera soterrada, y que ha contado con una gran oposición desde distintos sectores, el resultado haya sido este ¡Poca gracia!

En este sentido, la opinión de científicos, profesionales, expertos, veterinarios, cazadores, propietarios de mascotas, ganaderos, entre otros muchos sectores, así como de las distintas entidades que han alzado la voz contra una ley que lejos de buscar el bienestar animal es una “animalada”, no se ha tenido en cuenta y dudo que se haya escuchado, lo que va a provocar consecuencias muy graves tanto a los propios animales como a importantes colectivos económicos y sociales. Vamos, que se la han pasado por el Arco del Triunfo.

Tras haber sido aprobadas las Leyes de Bienestar Animal, en la votación final, se trasladará al Senado. Una vez que este órgano también dé el visto bueno a la ley animalista, volverá al Congreso, donde se votará definitivamente y se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE), momento a partir del cual entrará en vigor, con una duración aproximada de seis meses después.

Y como buena atlética que soy y este, es un diario deportivo, puedo decir eso de que “vamos a seguir soñando”.

¡Salud y buena caza!

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