Monasterio de Tentudía, un tesoro escondido en Extremadura
La Vuelta a España llegará este año al punto más alto de Badajoz, una subida accesible para los cicloturistas con una gran recompensa en la cima
La Vuelta a España es un gran catalizador que funciona como motor de la promoción turística de muchos puntos de nuestro país. De hecho, algunos se han convertido en famosos en el imaginario colectivo de los españoles gracias a la carrera, en mayor o menor medida. Por poner un ejemplo, quizás el más significativo de todos, tenemos ahí unos Lagos de Covadonga que desde aquella primera Vuelta con retransmisión en directo por la tele, allá por 1983, se convirtieron en un destino de primer orden.
De hecho, siempre he dicho que los Lagos son el puerto por excelencia de nuestro país. Hay otros más largos, también más duros y más altos. Pero ninguno con el halo místico de la cima asturiana. No en España, al menos. Por poner casos más recientes, están también La Pandera -en los primeros 2000- o esos Machucos cántabros. Hoy vamos a ver una subida inédita y que lleva a un lugar ya conocido para los extremeños, pero todavía ignorado por buena parte del país.
Hasta que, dentro de un mes, la Vuelta llegue a las mismas puertas del Monasterio de Tentudía. Se trata de una subida diferente a las que mencionaba más arriba. Mucho más asequible, porque en los casi 11 kilómetros de puerto hay como tres que son prácticamente planos antes de afrontar la parte final que desemboca en el edificio religioso.
La subida empieza sobre el río Ardilla -o Ardila, en portugués-, que nace precisamente arriba de Tentudía para terminar afluyendo al Guadiana en suelo luso. Desde el inicio, son tres kilómetros bastante dispares entre sí. Uno primero por debajo del 5%, otro ya cercano siempre al 9% y, el tercero, rondando el 7%. A partir de ahí comienza el citado descansillo.
Son tres kilómetros prácticamente planos, con la única excepción de un corto repecho al 10%. Por lo demás, casi no se gana altura. Con las piernas bien oxigenadas -o no, si nos hemos querido ‘apretar mucho la cara’-, afrontamos el último tercio de subida. Que es el más largo y también el más duro.
Entre los kilómetros 6 y 8, rara vez vamos a bajar del 8%, y nos encontraremos picos de hasta el 12%, en lo que es sin duda la parte más dura del puerto. Luego, ya siempre por debajo del doble dígito, seguiremos teniendo dos kilómetros más con más del 7% de media antes de los últimos 200 metros, en que suavizará la pendiente de forma definitiva. En definitiva, unos 10,4 kilómetros a una media del 5,1%.
Como digo, una subida muy accesible para un cicloturista que tenga un mínimo de condición física, aunque no está exenta de algunos tramos exigentes. La recompensa será llegar al punto más alto de la provincia de Badajoz, y un monumento nacional. Un monasterio de estilo mudéjar construido en el siglo XIII, y que dentro de unas semanas la Vuelta a España va a poner en el escaparate para todo el mundo. Tuve la oportunidad de ir allí por primera vez en 2008 y, ciertamente, merece mucho la pena. Uno de esos tesoros escondidos que nos regala nuestro país por prácticamente toda su geografía.