La QH y la Contador cierran un septiembre atípico

Unos 2.500 cicloturistas tomaron la salida en cada prueba, en unas circunstancias y ambiente totalmente distintos entre ambas

Quebrantahuesos

Hemos tenido, probablemente, el último gran septiembre de Gran Fondo desde que allá por 2020 todos los calendarios habidos y por haber se dieron la vuelta. Y esta vez no ha sido precisamente la situación sanitaria derivada del Covid, sino las olas de calor -cada vez más frecuentes en verano- que hicieron que la Quebrantahuesos, probablemente el evento por excelencia del calendario cicloturista, tuviera que irse al primer fin de semana del otoño.

Lo hizo con un tercio de participación respecto a los inscritos que había para la fecha original. Porque, esa es otra, las previsiones volvían a ser dantescas… pero por la lluvia. Temperaturas previstas cercanas a los cinco grados en las cimas más altas y con un día que se esperaba pasado por agua. Pero, finalmente, el día respetó. Unos 2.500 cicloturistas decidieron salir en la QH y otro millar en la Treparriscos. Y acertaron.

De esta forma, la marcha de Sabiñánigo cierra un trienio crítico. En 2020 tuvo que verse suspendida, el año pasado se disputó en unas condiciones terribles de lluvia y frío y en este 2022 el calor extremo llevó a aplazarla y disputarse con apenas el 35% de los participantes que tendría una edición normal.

Afortunadamente los cicloturistas pudieron disfrutar de un día en el que no les llovió en ningún momento y una temperatura fresca, pero sin fríos excesivos. El más rápido en la línea de meta fue Imanol Arizmendi con 5h32′12″, entrando junto al ex profesional Haimar Zubeldia. Ambos rodaron juntos y el que fuera corredor del Euskaltel y el Trek, entre otros equipos, estuvo dando consejos a su compañero de entrenamientos. Conchi Pérez, con 6h25′32″, fue la fémina más rápida.

La Contador, hasta 2026 en Oliva

Otra prueba que se celebró este pasado fin de semana para cerrar el mes fue la Totalenergies Aberto Contador, en la localidad valenciana de Oliva. Como ya he dicho en alguna ocasión, este pueblo sirve de cuartel general para muchísimos equipos profesionales en sus concentraciones de pretemporada, en los meses de diciembre y enero.

Con el Alt de Miserat y sus rampas cercanas al 20% como punto fuerte de la prueba, otros 2.500 cicloturistas tomaron la salida para hacer una de las dos modalidades: gran fondo y medio fondo. Más allá del buen tiempo y el disfrute de todos, el final se saldó con una bonita resolución al sprint favorable a Rubén Gordo en algo más de 5h20′. La neerlandesa Nicolien Luijsterburg fue primera mujer en cruzar la meta con 5h39′.

Las dos noticias aparejadas a la Alberto Contador fue el convenio firmado para seguir en Oliva como punto de partida durante los próximos cuatro años, lo que va a dar sin duda tanto identidad a la prueba como impacto a la zona. Y la decisión de pasar este año por la zona afectada por el incendio de la Vall d’Ebó para dar visibilidad y ayudar en su recuperación. Una línea que la organización va a mantener de cara a la edición 2023. Cierra de este modo un septiembre atípico, y nos adentramos en octubre. Vamos de cabeza al parón invernal… y a sacar las rueda gordas.

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