El cicloturismo regresa a los niveles previos a la pandemia en Mallorca
La isla espera recibir hasta 200.000 ciclistas en el próximo año, con un volumen de negocio superior a los 300 millones de euros
Estos días ha sido noticia la isla de Mallorca, porque han salido publicadas algunas cifras de lo que mueve el cicloturismo en la isla, que no es poco. Como siempre desde que existe este espacio, nos gusta poner un ojo no sólo en las pruebas, calendarios o entrenamientos, sino también en cómo se mueve el mundo cicloturista y el volumen de negocio que es capaz de generar.
Y en ese sentido hay que destacar las estimaciones de impacto económico del turismo ligado a la bici en la principal isla balear: por encima de los 300 millones de euros, según los turoperadores y el sector hotelero. Un gremio, por cierto, que ya se mantiene abierto en los meses de temporada baja en gran parte gracias a todos esos ciclistas que visitan las carreteras mallorquinas.
Estamos, por tanto, ante un negocio que sigue en curva ascendente pero que, sobre todo, se ha asentado como una forma de generar riqueza a través de un segmento de lo que se conoce como turismo activo. De hecho, en este 2022 se han recuperado las cifras de estancias anteriores a la pandemia, unos números que prevén superar el año que viene.
La mejor combinación
Pero, ¿cuáles han sido los ingredientes y las recetas que han llevado a la capital del archipiélago a esta positiva situación actual? Bueno, es una combinación de muchas cosas. Quizá la mejor combinación posible a la hora de instaurar un modelo turístico. En primer lugar: unas infraestructuras capaces de absorber ciclistas. Buena red de carreteras, un terreno ondulado y paisajísticamente rico, un sector hotelero potente -más de 150 abrían en temporada baja antes de la pandemia, y la tendencia es volver a esa senda- y una amplia oferta de servicios tanto general como para el ciclista particular.
No hay que olvidar los eventos, algunos de ellos masivos, que atraen a mucha gente cada año. La Mallorca 312 agotó inscripciones -8.000 dorsales, y porque la organización no quiere poner más para poder garantizar una experiencia de máxima calidad- en cuestión de horas. Luego está la Challenge de Mallorca que abre prácticamente el calendario europeo, con permiso de Marsella, en enero. Y otros más específicos como los Campeonatos de España que se celebraron el pasado mes de junio.
Todo esto hace que el ciclismo aficionado apueste por la isla para vivir sus experiencias. De hecho, se esperan unas 200.000 visitas en el próximo 2023. También la apuesta por promocionar el destino es bastante notoria, incluyendo la presencia en un canal como Eurosport, que se autodefine como ‘La casa del ciclismo’ en sus perfiles corporativos. Y con buen criterio, porque retransmiten la mayoría de carreras de la temporada.
A día de hoy, y siempre con respeto a esa excepción que suponen Euskadi, Navarra y en menor medida Cantabria, Mallorca se ha convertido en la punta de lanza del cicloturismo en nuestro país, y en un espejo perfecto en el que mirarse para buscar buenos resultados. Las cifras hablan por sí solas, y desde el año que viene volverán a recuperar el pulso previo a la pandemia cuando la gran mayoría de sectores de la economía todavía tiene un largo trecho que recorrer antes de lograrlo.