MENTALIDAD IMPARABLE

Sueño profundo: todo lo que pasa en la fase más importante del descanso

Ya puede haber entrado una manada de elefantes a tu habitación, que tú ‘a lo tuyo’. ¿Qué es lo que sucede cuando entramos en el sueño profundo?

Tengo el sueño profundo”. Es una de las frases que solemos decir cuando, hablando claro, no nos hemos enterado de nada mientras dormíamos o al menos esa es la sensación que se nos ha quedado. Ya puede haber entrado una manada de elefantes a tu habitación, que tú ‘a lo tuyo’. ¿Qué es lo que sucede cuando entramos en el sueño profundo?

Tener el sueño profundo no es algo excepcional ni algo que deba pasar cada x días. El sueño profundo es una fase importantísima de nuestro descanso, pero, como imaginarás, no siempre es fácil llegar a ella. Todos estamos de acuerdo: los expertos recomiendan dormir entre unas siete y ocho horas, pero, ¿de qué calidad son esas horas que destinamos al descanso? A lo largo de ese tiempo, suceden muchas cosas. Hay fases. La fase de sueño ligero, de sueño profundo y lo que conocerás como fase REM (yo lo llamo la fábrica de sueños). Hoy quiero detenerme en el sueño profundo porque es ahí donde se esconde la llave de nuestro verdadero descanso.

La calidad de ese sueño es un factor clave para determinar si se ha descansado adecuadamente, independientemente del número de horas invertido. Por supuesto, ese número es necesario, nos ayuda a estructurar bien las diferentes fases, pero el sueño profundo es quien lleva la sartén de tu reposo por el mango.

¿Cuánto dura el sueño profundo?

La mayoría de los expertos coincide en que el sueño profundo puede suponer hasta un 20% del ciclo total del sueño. Podríamos establecer una proporción de unos 100 minutos por cada ocho horas, aunque la relación va cambiando con la edad. A más edad, menor porcentaje de sueño profundo. Es en esta fase en la que se produce la magia. El milagro. El momento en el que nuestro organismo entra en una fase de recuperación y, para ello, debe desconectar y no es una metáfora. De hecho, se desaceleran las funciones del cuerpo lo que derivará en la regeneración celular, entre otros procesos fundamentales.

Para llegar a una fase de sueño profundo 100% reparadora todo lo que sucede antes (y después) importa, por lo que voy a compartir algunos consejos para ‘allanar bien el terreno’.

1.- En primer lugar, dale al descanso el lugar que merece. ¿Verdad que si no tuvieras luz prácticamente nada funcionaría en casa? Pues el descanso es nuestra electricidad. Nuestra pila para poder llevar a cabo todo lo demás.

2.- No todos dormimos igual. Ya hemos visto que podemos ser osos, leones, delfines o lobos en función de nuestros picos de energía. Que una persona se encuentre en su mejor momento a las 6h de la mañana, no significa que otra se sienta igual.

3.- Escucha a tu cuerpo: entiende cómo funciona y cuál es tu mejor ritmo. Adapta tus rutinas y establece hábitos en función de lo que mejor te sienta. No intentes encajar estructuras de descanso o de energía (entrenos) a la fuerza. El cuerpo es sabio.

4.- Mantén el ritmo. Una vez estableces tu rutina de descanso, mantenla. ¿Por qué el domingo es el día que peor dormimos de la semana? No es que la Ley de Murphy aparezca justo cuando al día siguiente es lunes. Es que te has cargado la rutina cuando ha llegado el fin de semana y tu reloj interno queda también alterado.

5. Cuida el espacio. Hay que crear un buen clima, como lo hacen las velitas en una cena romántica. Silencio, temperatura adecuada, colchón y almohadas adecuados, orden a nuestro alrededor (nada de elementos que estimulen), ni pantallas.

El último consejo: no te desesperes si no lo logras. Mantén la calma. Deja de dar vueltas sobre ti mismo e inicia algún ejercicio de respiración. Si no da resultado, realiza alguna actividad relajante: leer un capítulo de un libro, doblar ropa, dar un leve paseo por la casa. Sobre todo, nada de scrollear el móvil ni consumir videos o redes sociales.

Tampoco obsesionarte con el reloj ni intentar resolver problemas del día a día. Deja de tener conversaciones imaginarias con tu jefe o escribir mails que no serás capaz de recordar al día siguiente. No le des cancha a tu voz interior. Escucharla está muy bien durante el día, ), pero hay que saber darle al off cuando nos metemos en la cama. Aprender a apagar la mente es imprescindible para ‘activar’ el descanso.

Si conciliar el sueño o conseguir dormir del tirón es tu reto particular, aquí te dejo un programa de 7 días para que aprendas a relajar tu mente activa y entregarte al sueño con facilidad.

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