¿Cuánto se tarda en integrar un hábito y que forme parte de lo cotidiano?
¡No abandones! Esto es lo que necesitas para que ese cambio se convierta en una rutina.
¿Sabías que la investigadora Wendy Wood descubrió que alrededor del 40 o el 45% de las decisiones que tomamos cada día no son decisiones en realidad, sino que son hábitos?
Cuando leo esto comprendo perfectamente todo el engranaje que se despliega solo con la determinación continuada, la repetición y el empeño que se requiere al hacerlo y aquí mi resumen: los resultados no son una meta, solo una consecuencia de algo muy valioso.
La semana pasada la actualidad deportiva nos regaló un nuevo ejemplo: Kiko Martínez se proclamó campeón de Europa por sexta vez. Tras haber perdido el mundial en un combate muy -muy muy- polémico en el que muchos pensamos que debería haberse erigido campeón, el ilicitano resurgió. Lo hizo cómo se sebe hacer. Haciendo algo diferente (con un nuevo equipo), pero algo siempre repetido (una nueva rutina). “Yo gane o pierda me cuido, entreno de lunes a lunes, sigo con la misma esperanza y fe desde el principio”, dijo al final del combate. Y de eso hablaremos hoy.
Esta semana quiero poner el foco en los hábitos. Recuerdo el programa 21 días en el que primero Samanta Villar y después Adela Úcar se ponían en la piel de otras personas en situaciones -por lo general límites- para comprender desde dentro aquello por lo que pasaban y mostrar sus vidas. Hacían falta 21 días para integrarse bien en el personaje y meterse en el papel.
Había de todo. 21 días bebiendo, 21 sin comer, 21 fumando porros, 21 entre cartones, 21 sin papeles, 21 días machacando el cuerpo… Y así. En nuestra mente se quedó una idea: hacen falta 21 días para integrar un hábito.
Cuando tomamos la decisión o, mejor dicho, verbalizamos un deseo, nos olvidamos de que nuestro cerebro tarda en asimilar el cambio que queremos conquistar. La teoría que planteó a finales del siglo XIX uno de los padres de la psicología moderna, William James, apunta a que se necesitan 21 días para crear un hábito por medio de lo que llamó plasticidad cerebral.
¿Qué es la plasticidad cerebral?
La plasticidad cerebral es la capacidad del sistema nervioso para cambiar su estructura y su funcionamiento a lo largo de su vida. Cuando hablamos de hábitos, esta plasticidad se produce tras la repetición constante de una conducta a lo largo del tiempo. De esta forma, el cerebro logra identificar esa acción como un hábito de manera inconsciente. La cuestión es: ¿realmente se tardan 21 días en adoptar un hábito? La realidad es más compleja que una simple cuestión de días, pero ciertamente, cualquier transformación exige tiempo.
Un estudio más reciente de Jane Wardle publicado en European Journal of Social Psychology afirma que hacen falta algo más que 21 días para para convertir un nuevo objetivo o actividad en algo rutinario. Es decir, sin que se requiera una gran fuerza de voluntad. Según este estudio necesitamos 66 días. ¿Por qué 66? En realidad, se trata de un promedio entre 18 días y 264 días.
Hay una frase que particularmente aplico mucho como coach deportivo: “La gente no decide su futuro, decide sus hábitos, y sus hábitos deciden su futuro”. Y en el deporte y también en la vida pasa exactamente lo mismo. En realidad, no importa si son 18, 21, 30 o 66. Lo que importa es que a través de la repetición tenemos el poder de transformar nuestro cerebro. Es decir, nuestra mentalidad, de manera que con el tiempo sea capaz de afrontar una acción o actividad sin ningún tipo de esfuerzo. ¡Como quien empieza siempre el día con un café!
¿El momento idóneo para integrar un hábito?
El presente. ¡Hoy! No necesitas ser un niño ni estar en edad de crecer, ni ser joven o tener buen físico. Y no, tampoco cuando hablamos de deporte, que de eso hablamos. ¿Un caso paradigmático que ilustra la fuerza de esta plasticidad y del poder del hábito? La de Madonna Buder, más conocida como la monja de hierro. Quien a los 47 años empezó a sentir otra ‘llamada’, la del ejercicio. Y poco a poco, sin prisa, pero sin pausa, lo llevó hasta lo más alto. Completó su primer triatlón a los 52 años y a los 55 se atrevió con su primer IRONMAN. El hábito, sin duda, ha hecho a esta monja. Tanto que desde entonces no ha parado. Siendo a los 75 años, la mujer de mayor edad en completar el IRONMAN de Hawái. Y proclamándose Campeona Nacional de triatlón de Estados Unidos en su grupo de edad a los 88 años.
Pero, cuidado, Madonna, a pesar de ser una verdadera heroína, no ha hecho nada fuera de nuestro alcance. Solo ha integrado en su vida las rutinas adecuadas para conseguirlo y, sobre todo, la fuerza de voluntad y el tesón para conseguirlas. Si te interesa activar esa fuerza interior y que te acompañe hagas lo que hagas, no te pierdas este podcast.