MENTALIDAD IMPARABLE

Cuando el ruido entra por la puerta, la concentración salta por la ventana: cómo eliminar el canto de sirenas

Ese run run que te acecha, no viene de fuera, sino de dentro.

A menudo, nuestra mente está emitiendo un ruido que sabotea nuestra concentración (o relajación) e impide que durmamos por la presión que lo que ha de suceder al día siguiente (o cuando sea) nos genera. Si no estar a la altura de tus propios logros o capacidades se ha convertido en un pesado lastre que no te deja rendir es posible que una melodía se haya instalado en tu cabeza como un canto de sirena imposible de neutralizar y que, repitiéndose, haya conseguido deformar la realidad y minar tu confianza.

Cómo eliminar ‘el canto de sirena’

Hagamos caso a la ‘voz’ de la experiencia. ¿Quién es el primero en la historia de la humanidad (y si me permites de la historia ficcionada) en ser visitado por las sirenas y permanecer invicto a su encanto y canto saboteador? En La Odisea de Homero, Ulises es capaz de soportar el canto de sirenas. De vencer la tentación de arrojarse al agua donde le esperaría una muerte segura. Para ello hizo caso de Circe, que vendría a ser una diosa hechicera de la época. Hoy Circe seguramente ejercería como coach.

Circe advierte a Ulises de que en su camino de regreso a casa se topará con estos enigmáticos seres cantarines. Para evitar su influjo, le recomienda ordenar que todos los hombres del barco que navegaban con él se tapen los oídos con cera. De esa manera, evitaría que ninguno de ellos escuchara su canto. Ulises, sin embargo, se reservó el ‘placer’ de escucharlas atado al mástil del barco. Ordenó, eso sí, que por mucho que suplicara (como hizo) bajo ningún concepto le desatasen. Armó un plan sin fisuras, lo siguió y venció la tentación (y la muerte). Alabo la astucia de Ulises (o, mejor dicho, de Circe) pero vamos a poner en valor la estrategia empleada con los marineros que acompañaban al protagonista de La Odisea.

Encuentra ‘tu propio canto’

Ya en siglo XXI, mi consejo de ‘Circe’ para conciliar el sueño y evitar que el fantasma de la inseguridad se apodere de las noches que preceden a los grandes días es que encuentres tu propio canto. Una melodía que te sirva para asegurar que, como Ulises y su mástil, no te precipites al fondo del mar con tus propias inseguridades. Para ello, una herramienta eficaz es el anclaje. Nuestro mástil en noches oscuras.

El anclaje es una técnica de Programación Neuro Lingüística PNL. Quizá no te suene, pero seguro que inconscientemente la has puesto en práctica. Se trata de un proceso de asociación que se genera entre pensamientos, sensaciones y estados de ánimo ante un estímulo determinado, interno o externo.

El padre de esta técnica es Ivan Pavlov (Premio Nobel de Medicina en 1904) que hace ya más de un siglo dio forma a la teoría del estímulo – respuesta, aprendizaje por asociación o, como le llamamos aquí, anclaje. Pavlov hacía sonar una campana para llamar a sus perros a comer. Al ver la comida, estos empezaban a salivar. Al tiempo, probó en hacer sonar la campana y cayó en la cuenta de que los perros, pese a no haber comida, salivaban también. No fue el primero, muchos siglos atrás Aristóteles ya observó que “cuando dos cosas suelen ocurrir juntas, la aparición de una traerá la otra a la mente”.

A través del anclaje, lo que hacemos es crear un mecanismo que se activa automáticamente para salvaguardar o dibujar el estado que uno desea, en cualquier situación y sin necesidad de pensar: estrés, nervios, ansiedad, etc.

Los deportistas son asiduos a esta técnica: una canción antes de salir al campo, un gesto antes de cada golpe, una conjura con el equipo antes del partido. ¡Ojo! No es lo mismo anclaje que tic nervioso. El primero es una herramienta, el segundo es un… ¡tic!

El anclaje es una técnica eficaz que tiene como objetivo canalizar constructivamente nuestras poderosas reacciones inconscientes (esos cantos de sirena) de manera que estén siempre a nuestra disposición (bajo control). Como una especie de mástil al que, si fuéramos Ulises, siempre podemos recurrir. Nos da la seguridad de tener siempre lo que necesitamos.

Para reforzar el bienestar mental, no debemos olvidar la forma. No solo es importante lo que nos decimos sino cómo lo decimos y en este video lo explico. Cómo te expresas forma parte de lo que dices y eso incluye lo que te dices a ti mismo. Revisa cómo te hablas y las cosas que te dices para que el diálogo que estableces contigo sea constructivo y no destructivo. Aquí encontrarás algunas claves.

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