“Sobre el papel es un fin de semana que tiene que ir bien”
Acosta y las caídas: “Forman parte de este deporte. El que juega a fútbol se puede doblar un tobillo. Es lo que hay”.
Cuatro podios en las últimas nueve carreras, con tres segundos y un tercero, han permitido a Pedro Acosta reconducir su discreto inicio de temporada, mucho más por culpa de la KTM que de la suya, y entrar en el último momento en la pelea por el bronce de la general. El Tiburón está a 31 puntos de Bezzecchi y a 26 de Baganaia, pero él ya firmaba quedarse quinto, pero con su primera victoria en MotoGP. Bien podría ser Portimao el escenario, porque aquí ya firmó el año pasado su primer podio en la clase reina, aunque no es algo que le obsesione. O eso dice...
Comenzó hablando de su evolución a lo largo de la temporada, su segunda en MotoGP: “Estoy más tranquilo. Se me ve más racional, creo. Llegué con el objetivo claro de intentar luchar por el Mundial y eso se me fue en la primera carrera. Hubo que asimilarlo y ahora estoy más tranquilo. Me puse el obetivo a mitad de año de intentar estar en cada sesión en el top 5, de ganar constancia. Igual que creo que en Moto2 la tuve, el año pasado y al principio de este año era una subida y bajada constante. Hemos encontrado esa forma de trabajar para, cuando incluso el fin de semana se me complica, con algún PR en el que he hecho el 10 o me he quedado fuera, seguir por lo menos manteniendo esa línea. El chip lo cambién Aragón más o menos, a las siete u ocho carreras. Le Mans, cuando me operé del brazo, ya empezó a ir bien, y Silverstone, donde salía 18º y acabé 6º, no estuvo tan mal. A partir de ahí, me relajé, empecé a dejar de pensar en lo que no tenía, en usar lo poco que teníamos y apreté mucho para que nos trajeran algo nuevo, pero creo que me centré en usar todo lo que tenía y sacar lo máximo de ello. Si un día era octavo, pues octavo, y si quinto, pues quinto. A partir del verano dimos un paso importante”.
Al prreguntarle si las caídas sufridas le han hecho reflexionar, contestó: “Eso no me hizo reflexionar. Forman parte de este deporte. El que juega a fútbol se puede doblar un tobillo. El que juega al ping pong, se puede torcer una muñeca. Es lo que hay. No me he caído tanto. Me caí en las carreras de Tailandia y América, pero no en muchas más sesiones importantes. Al final, forma parte, pero cuando coges una racha buena de no caerte, bien, pero el fin de semana pasado me caí tres veces y, como tenía las cosas claras, vas p’alante”.
Acerca de si estas dos últimas citas, las de Portimao y Valencia, son las de la basura, como se dice en la NBA con los minutos finales de los partidos resueltos, le lleva a pensar “que el campeonato se haya decidido tan pronto quizá haya ayudado a que eso sea así, pero no lo es. Yo me puse siempre mi objetivo desde el verano de estar entre los cinco primeros y es lo que intento buscar. Incluso cuando los días no me salen muy allá, sigo con eso, incluso en carreras malas. En Australia estaba delante y fui hacia atrás por las gomas. En Misano salía noveno y recuperé hasta que se me salió la cadena... He estado haciendo carreras de calidad incluso cuando no se podía hacer un podio, que era lo que quería. Asimilar en el momento que vas caliente que te toca hacer cuarto no es lo más fácil del mundo, y menos para mí. Estoy poniendo un poco de cabeza en el sitio y creo que eso me ayudará cuando pueda jugarme algo importante”.
En cuanto a si Portimao es una oportunidad de victoria para él, por los que faltan, por lo bien que se le da, por cómo llega, dijo: “Todo el mundo está poniendo muchas expectativas con eso, menos yo. Vamos a ver cómo me subo a la moto mañana, cómo me siento al principio y a partir de ahí ya veremos. Sabemos que nuestra moto, con el desgaste de las gomas, estamos en un momento crítico de verdad, porque no han sido ni una vez ni dos. El problema es que llevamos ya como cinco carreras con eso. Incluso en Australia, donde hacía frío. Hay que subirse a la moto, ver los problemas que haya y trabajar en ello. No me gusta pensar en lo que hice antes en una pista, porque lo hice en Japón y no me valió de nada, pero sí, sobre el papel es un fin de semana que tiene que ir bien”.
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Y el de Mazarrón contó un detalle sobre el warm up de Malasia, con la electrónica de su moto, que le hizo enfadarse en el box: “El problema de Malasia fue que siempre íbamos en una dirección cuando los problemas aparecían y cada vez me enfadana más y más. Por poner un ejemplo, de entrada nuestra moto ya no gira mucho y, si encima de eso no me puedo colocar con la rueda de atrás, me voy un poco largo y ya es como una bola de nieve que no para. Y son veintipico vueltas de puro sufrimiento y no disfrutas yendo así. Encima que Malasia no fue fácil, porque me caí tres veces, me quitaron el podio al final del esprint y que sabía que sería difícil, lo que pasó en el el warm up fue la última gota para colmar el vaso del cabreo. Y ya que no perdíamos nada, porque no había nada que perder, giramos para el otro lado para abrir más puertas. Viéndolo, me hubiera gustado tirar más al principio. No digo que hubiera ganado la carrera, pero igual me había quedado a sólo un segundo, lo que cambia la cosa. Pero tampoco me la puedo jugar a quedarme sin neumáticos en cinco vueltas. Faltó un poco de gracia al principio”.
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