“El puñetero dinero nos hizo buscar caminos alternativos”
Augusto Fernández padre, asistente del nuevo campeón, explica lo que han sufrido para llegar hasta la cima que supone el título de Moto2.
Un tándem de los que da gusto ver en el paddock mundialista es el que conforman Augusto Fernández, padre e hijo. Servidor siempre ha defendido lo innecesaria que es la presencia de los padres en los boxes de los pilotos, llegando a ser en muchas ocasiones contraprudecente, pero en este caso el binomio funciona a las mil maravillas. El nuevo campeón del mundo de Moto2 tiene en su padre a un perfecto asistente que le ayuda en todo lo que puede, que hace piña con él a muerte y que siempre está en un discreto segundo plano muy consciente de que la estrella es el que pilota y no el que ha contribuido con todas sus fuerzas a llevarle hasta este punto. Por eso, ahora que son campeones, una charla con él sirve para entender todo por lo que han pasado hasta que Augusto ha llegado a la cima que supone el título de Moto2. El dinero condicionó su viaje, pero no consiguió arruinarlo...
“Fue difícil no pensar en el título durante las últimas semanas para no ponerte nervioso y, de repente, eres campeón del mundo. Nos tenemos que pellizcar en un momento así para darnos cuenta de que es verdad”, empieza diciendo AS el padre del campeón, y sigue: “En quien más pensé fue en la familia, en su madre, en sus abuelas, en su hermano Alejandro, que tiene 23 años y que también intentó ser piloto hasta los 14 años y ahora está estudiando en Madrid para ser preparador físico. Él es uno de los que se disfrazó de conejo en la celebración con Augusto. Siempre lo hemos hecho todo juntos”.
El camino de Augusto hasta llegar al Mundial no fue el convencional, de abajo a arriba, y se tuvo que buscar en otros campeonatos de media cilindrada por dos razones: “El puñetero dinero nos hizo buscar caminos alternativos. Y también influyó que él empezó pronto a medir 1.70 y eso penaliza en las motos pequeñas, porque con ellas cada kilo te hace sufrir más, pero, sobre todo, nosotros no podíamos soportar la apuesta de dinero que hay que hacer llevar el camino convencional. Eso nos hizo buscar fórmulas y copas en las que sí podía correr”.
Sobre la progresión de su hijo en el Mundial, Augusto padre dice: “2019 fue un gran año. Con Sito conseguimos hacer un súper año y estuvimos peleando con Álex (Márquez) en algunos momentos, aunque no al final. Fue una demostración de que talento tenía, porque los dos años anteriores había entrado como parche y recibió lecciones de vida de esas que te mandan hacia atrás, porque crees que no volverás nunca. Esos fueron los peores momentos, pero entramos en el Mundial con Sito y 2019 fue el primer año completo, con un equipo buenísimo, con Santi Mulero de técnico, y esas son las cosas que te dan las décimas necesarias para pasa de ser uno bueno a uno que opta a la victoria”.
Al preguntarle si, viendo cómo les ha ido a Remy Gardner y Raúl Fernández con el Tech3 de MotoGP, no es demasiado arriesgado que Augusto dé el salto precisamente a ese equipo y de la mano de KTM, marca que ha destruido a los dos primeros de Moto2 de 2022, Augusto senior cree que “no se podía decir que no a subir a MotoGP. Ya lo habíamos hecho dos años antes y no sabíamos si nos habíamos equivocado, pero entonces no estábamos preparados y ahora que vamos lo hacemos pensando que sí que está preparado para aportar. Antes podía ser un arma de doble filo, como le ha pasado a otros, y la víctima acabas siento tú”.
Y en cuanto a la importancia que ha tenido la práctica del yoga para Augusto, a través de su madre, a partir del mes de mayo, asegura que “el yoga le ha aportado mucho a Augusto, porque Sara incidió mucho en la parte mental, que es lo que más le ha ayudado. No es tanto el yoga convencional como el trabajar el coco. Estoy orgulloso de que haya sido mi mujer, su madre, la que lo haya conseguido con él. Sara siempre ha estado detrás y me alegra su reconocimiento”.