El balón nunca rodó lo suficiente
Izan Guevara cambió el fútbol por las motos para encontrarse con el destino: de apodo Jordan, es el 23º campeón español en el Mundial de motociclismo.
Hay historias que comienzan a escribirse mucho antes de lo que pensamos. Y la de Izan Guevara (18 años, Palma de Mallorca) lo hizo cuando el balear apenas tenía dos años y los terrenos de juego como escenario de entrenamientos. Sus padres le apuntaron a fútbol, pero para el nuevo campeón el balón nunca rodó lo suficiente. “Me quedaba en la pared del campo llorando, pegando patadas al muro en vez de a la pelota, y les hacía con la boca brum brum pidiendo una moto”. El acto de rebeldía y convencimiento surtió efecto y en el invierno de 2006 cambió su vida. Por Navidad llegó su primera mini moto eléctrica con la que empezó a entrenar sus habilidades en la Escuela de Chicho Lorenzo en Son Hugo y a los seis años, Izan comenzó a rodar de la manera con la que siempre soñó.
Dar el salto a la Federación Balear le abrió las puertas de la competición y logró un primer podio que daba paso a un palmarés que ha vivido su momento más álgido hasta ahora en Phillip Island. El trazado australiano ha visto la consagración de un piloto al que las cinco victorias y la misma cifra de podios en esta temporada le han proclamado campeón de Moto3, le han asegurado un puesto Moto2 en 2023 con el Aspar Team y le han permitido ser considerado como una de las grandes promesas del motociclismo mundial. Aunque eso comenzó a demostrarlo en las categorías inferiores, con sus títulos en la categoría MiniGP 110 en 2014, la Hawkers European Talent Cup en 2019 con la que convenció a Aspar para contar con él en sus filas y permitirle encontrarse con el destino, y el Mundial Junior Moto3 en 2020.
Desde que llegó a la estructura de la clase pequeña, el equipo le apodó como Jordan por su afición a la marca de ropa del jugador y ahora, con su título, termina cerrando un círculo que paradójicamente le convierte en el 23º campeón de la historia de España en el Mundial. Cosas del destino. Ese que también quiso enfrentarle por el camino a la gloria con otros grandes filones como Pedro Acosta, Dani Holgado o Adrián Fernández. Aunque su referente siempre fue Marc Márquez. El piloto de las cosas imposibles que ahora ve más factible que nunca el que Izan Guevara haga “grandes cosas” en una trayectoria que sigue ambicionando sueños. El título de MotoGP es el principal de todos ellos, pero como le recordó otro campeón, Jorge Lorenzo, de partida ya ha pasado una criba que tan solo el 1% de los pilotos supera: la de pasar a la historia como campeón del mundo.