Bagnaia resuelve el misterio
El italiano asume la culpa de su bajón de rendimiento y revela el motivo: “El error fue empezar con la idea de que mi potencial con la GP24 era realmente alto”.
Pecco Bagnaia está a punto de cerrar un año para el olvido. El año físico, porque en cuanto a compromisos, podría decirse que ya está más que concluido. La fiesta de Ducati, el habitual ‘Campioni in Festa’ de Borgo Panigale, ha supuesto el punto y final a una temporada de la que, sin duda, no se llevará un buen recuerdo. El italiano cerró 2024 como subcampeón del mundo y una moto con la que no ha acabado de entenderse le hizo firmar cuatro ceros consecutivos a final del curso que le relegaron hasta la quinta posición de la clasificación general, a casi la mitad de puntos de su compañero de equipo, Marc Márquez. Y eso que el español se perdió las últimas cuatro rondas del Mundial de MotoGP por una lesión de la que continúa recuperándose. El caso es que el bicampeón de la marca dice adiós a un 2025 del que ni siquiera sabe si se puede llevar una lección.
Y es que por más cambios que se hacían en la moto, nada funcionaba. De vez en cuando había atisbos de un rayo de esperanza y, aunque en el GP de Japón reinó con contundencia para llevarse un pleno de 37 puntos durante el fin de semana (ganó la esprint y la carrera del domingo), la mala suerte se cebó con él para cerrar el año. Mal feeling con su Ducati, accidentes en los que se ha visto implicado o simplemente unas gomas que no tenían buen rendimiento. Fuese lo que fuese, todo le tocaba a Bagnaia. Pero pese a todas esas turbulencias que ha ido teniendo durante la temporada, la realidad es que no ha sido capaz de adaptarse o entender una moto en la que no encontraba lo necesario para meterse en la lucha por el Mundial.
Las dudas, el misterio y la frustración de no encontrar una solución factible pese a la implicación del equipo acabaron con la motivación de Bagnaia. Al menos, el italiano sí pudo dar con la clave de su mala racha, asegurando ante los fans en la fiesta de Ducati que “el error fue empezar con la idea de que mi potencial con la GP24 era realmente alto”. Se confió de lo que había pasado el año anterior (ganó hasta once carreras dominicales pese a perder el Mundial en favor de Jorge Martín) y eso condicionó todo su año. “No era una cuestión de adaptación con la GP25, era más una cuestión de que estaba buscando las sensaciones que tenía en ella, pero nunca llegaron”, admite el ídolo local, que asume su culpa en toda situación.
“Seguro que hubo algún contratiempo durante la temporada. La carrera de Japón me hizo disfrutar mucho, pero también me sirvió de referencia para la carrera posterior. Tengo que decir que las dificultades empezaron en la carrera de Jerez, un circuito que conozco muy bien, donde siempre lo he hecho muy bien, pero ya no podía hacer las mismas cosas. Así que las dificultades empezaron ahí, aunque en las últimas carreras fueron a peor”, resumía Bagnaia ante la prensa desplazada a Borgo Panigale, sede de la fábrica italiana que, un año más, celebró ser los campeones de todo. Y también el hecho de que su bicampeón se haya ido de vacaciones con un buen sabor de boca porque, pese a terminar el año con otra caída en Valencia, los test posteriores le dejaron unas muy buenas sensaciones para el próximo curso. Aunque habrá que acabar de poner todo en orden en las pruebas de Sepang.
“Todo vuelve. Sinceramente, mi serenidad siempre ha estado bastante intacta, porque en las situaciones en las que me ha ido bien, he estado donde sé que tengo que estar. Así que sé que el potencial está ahí, sé que la velocidad no ha desaparecido. Hay que trabajar para volver a encontrar las sensaciones. La serenidad siempre ha estado ahí, son las sensaciones las que se han ido un poco, así que eso es lo que hay que volver a encontrar”, explica Bagnaia, con una actitud recuperada y volviendo a poner las expectativas sobre la mesa de cara a un 2026 en el que quiere estar luchando de nuevo por la corona. Y lo hará con garra, como siempre lo ha hecho cuando la situación lo ha requerido: “Cuando ha habido necesidad de sacar los codos nunca me he echado atrás”.
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