Bagnaia hace historia y Bastianini casi la lía

Che garone, que dicen en italiano. Qué carrerón, que decimos en español. Se trata del GP de San Marino de MotoGP, donde la diferencia en meta entre el primero y el segundo lo dice todo. Por sólo 34 milésimas ha batido Francesco Bagnaia, que ha hecho historia, a Enea Bastianini, que casi la lía, porque a punto estuvo de tocar en la última vuelta a su compatriota, compañero de fábrica y próximo compañero de box.

El triunfo de Pecco es el cuarto consecutivo que consigue, algo que nunca hizo antes un piloto Ducati, ni siquiera el recordado Casey Stoner, y lo puso en duda hasta el final Bastianini. Se da la circunstancia de que los dos son pilotos de Ducati y que compartirán el box oficial la próxima temporada, por lo que cabía pensar que quizá el satélite respetaría al oficial por aquello de su lucha por el título contra Fabio Quartararo, que sólo ha podido ser quinto esta vez, y Aleix Espargaró, que terminó sexto. Sin embargo, Bastianini evidenció que es cierto que la casa de Borgo Panigale no ha dado aún órdenes de equipo y que, si cualquiera que pueda ganar, ha de intentarlo.

Bastianini estuvo a punto de tocar a Bagnaia en una de las primeras curvas de la última vuelta y, para evitarlo, se abrió ligeramente. Eso no le hizo arrojar la toalla y tiró como alma que lleva el diablo para recuperar el terreno perdido, hasta tal punto que marcó vuelta rápida de carrera en ese giro. Llegó pegado a la última curva a la rueda de su compatriota, pero no le pudo meter la moto, y lo que sí intentó fue batirle saliendo de su rebufo, pero Bagnaia aguantó delante para cruzar la meta por esas 34 milésimas que le permiten subir a la segunda plaza de la general. Ahora son 30 puntos los que le separan de un Quartararo al que le ha quitado 61 puntos en cuatro carreras, quedando tres por delante de Aleix.

Volviendo a la lucha Pecco-La Bestia, a algunos se nos vino a la cabeza la imagen de la carrera de Le Mans de este año, donde rodando ambos en cabeza el satélite acabó desquiciando al oficial, que se iba al suelo. Eso fue en el mes de mayo. En el mes de septiembre este Bagnaia es mucho más fiable y muy atrás quedan los tres ceros firmados este año. El dato es escalofriante: siete victorias en las diez últimas carreras y el cuarto piloto de la era MotoGP que logra cuatro consecutivas. Sólo Rossi, Lorenzo y Márquez lo hicieron antes que él en MotoGP.

El que debe tomar buena nota de cómo se las gasta el ganador de Misano es su compañero Miller. El australiano tenía todo a su favor para hacer una gran carrera, porque salía desde la pole y lideraba tras el primer paso por meta, pero se fue al suelo en el segundo giro. La suya fue una de las muchas caídas que hubo en las dos primeras vueltas, porque también se cayeron Pol, Zarco, Pirro y Bezzecchi, pero la de Miller fue la más imperdonable de todas.

Volviendo al resto de la clasificación, meritorio fue el cuarto puesto de Marini, que privó así de dos puntitos más a un Quartararo que acabó muy enfadado con su quinto puesto. Tras el francés y hasta cerrar el top diez acabaron Aleix, corrió en tierra de nadie casi toda la prueba, Rins, Binder, Martín y Aléx Márquez. Más atrás, Dovizioso fue duodécimo en su último GP y Fernández decimotercero.

Un último detalle, resaltar la gran carrera que hizo por momentos Maverick. Arrancaba cuarto y se puso rápido segundo, siendo él quien evitó la escapada de Bagnaia. Una ligera colada en la vuelta 19 le hizo perder dos décimas que le vinieron muy bien a Bastianini para superarle y relegar al español a la tercera posición, a cuatro segundos de la cabeza. Por momentos nos hizo soñar con verle ganando con la Aprilia, como ya hiciera antes con la Suzuki y la Yamaha. No fue aquí, pero tiene pinta de que ya llegará el día que se convierta en el primer ganador de MotoGP con tres fábricas distintas. Al tiempo.