SUPERSPORT

Adrián Huertas: “¿Mi objetivo? Soy claro: ser campeón del mundo”

Adrián Huertas inicia su tercera campaña en SuperSport, la primera con Ducati. Tras su título en 300, quiere añadir a su palmarés el de 600 dice a AS.

Adrián Huertas (Madrid, 2003), continúa su carrera en el WorldSBK cumpliendo fases. Tras su título mundial en la categoría pequeña (2021), dio el salto a SuperSport con Kawasaki, marca con la que compitió las dos últimas temporadas y superó una fuerte lesión tras una dura caída en Australia en la primera carrera del año pasado. Precisamente en el circuito de Phillip Island comienza su aventura con Ducati, con la Panigale que en 2023 Bulega llevó al título de campeón. Y lo tiene claro: su objetivo es alzarse con el título. Así se explica en AS.

-Adrián Huertas, piloto oficial de Ducati en SuperSport. Para quien no le conozca, cómo se presentaría y describiría sus inicios en el motociclismo…

-La verdad que mi comienzo fue algo curioso, porque en mi casa nunca se han seguido las motos. Y casualidades de la vida, mi padre compró unas minimotos para venderlas. Se quedó una y empezó con mi hermana, que es mayor que yo. A mí no me dejaban porque era muy pequeño y tenía dos añitos. Así continué y ya fui subiendo, en el Campeonato de Madrid, en la Cuna de Campeones. Vengo de una familia humilde y por eso siempre he ido a base de copas de promoción, subiendo, porque no podía hacerlo de otra manera. Ahí me comí un poco la presión de saber que si no ganaba no podía seguir corriendo. Incluso una lesión de la que no me recuperé del todo bien estuvo a punto de hacerme dejar la moto. En 2019 y en 2020 de pura casualidad encontré un sitio en el Mundial de SuperSport y ahora mi casa es el Mundial de Superbikes y donde estoy contento y al 100%.

-Le iba a preguntar más tarde por la presión de fichar por Ducati, la moto dominadora, casi en todo, en todas las series. Pero con su historia, lo de la presión, ¿está acostumbrado ya a lidiar con ella?

-Sí, sí. La verdad que desde muy pequeño he tenido que lidiar con mucha y ahora es cuando realmente menos presión tengo, porque realmente tengo el material. Tengo un equipo que es increíble. Al final he trabajado para ello, tengo el equipo para poder hacerlo y también tengo la moto, que es increíble, así que creo que en conjunto podemos llegar a conseguir grandes cosas.

-La moto me dice que es increíble. ¿Es lo que le faltó en sus dos años en SuperSport con Kawasaki?

-Sí, seguro. Estaba seguro antes de hacer el cambio y ahora estoy más seguro aún. No creo que haya sido solamente la moto. Al final tampoco era el equipo oficial, era un equipo satélite, teníamos pocos recursos. Y han sido dos años de aprendizaje. Que sin duda van a ser muy importantes para mí en mi carrera deportiva, porque de los años malos se aprende.

-Además, su época en SuperSport ha estado un poco marcada por aquella caída precisamente en Australia, en la que se hizo muchísimo daño...

-Sí, que fue algo duro, porque estaba con mentalidad de empezar haciendo podios. Australia fue una piedra grande en el camino. Hice una rehabilitación intensa en Jaén, me fui allí prácticamente interno a estar de ocho de la mañana a ocho de la noche. Trabajé realmente duro y pude volver en apenas un mes y medio. No estaba al cien por cien. Obviamente, aún no lo estoy. Ese trabajo duro fue el que me hizo fichar por Ducati y creo que el esfuerzo pagó su recompensa, pude hacer buenas carreras para el material que tenía y eso me hizo fichar con el equipo en el que estoy.

-Y sin estar al cien por cien, ¿cómo se ha visto en estos primeros test de pretemporada?

- Me he sentido muy, muy bien. Hemos trabajado en la dirección que teníamos que trabajar. Y bueno, ahora se verán los resultados cuando lleguemos a las carreras.

-Tener como compañeros de fábrica tanto a Bulega, campeón el año pasado en 600, como a Bautista, bicampeón de Superbike…. ¿Le ayudan, le dan consejos, se fija en ellos?

-Sí, me fijo en ellos, pero consejos pocos, aquí cada uno tiene su faena. Al final sí que con Álvaro hablo un poco más porque somos del mismo país. He llegado también en un momento complicado porque Nicoló ha empezado a ir muy rápido. Pero prácticamente nadie tiene tiempo para ni para lo suyo. Pero hay buen rollo, yo tengo claro el foco y tampoco necesito que nadie esté mirando mi trabajo ni nada, simplemente trabajo con mi equipo, con mi parte técnica y lo hacemos bastante bien.

-¿Y el foco para este año 2024, cuál es? ¿Qué objetivo se marca?

-Mi objetivo es ser campeón del mundo. Al final creo que tengo el material para serlo. Va a ser un año largo, un año duro, de mucho aprendizaje porque al final aún no he conseguido mi primer podio SuperSport. Primero tengo que empezar por ahí, y luego a por la victoria. Si no te lo dijese así, no sería claro. Creo que podemos hacerlo.

-Un objetivo muy ambicioso, porque sería el primer campeón del mundo en 300 y en 600. Y luego más en el horizonte, me imagino que estaría Superbike

- Realmente es el objetivo que tengo. Quiero demostrar se puede hacer una carrera deportiva creciendo en Superbike, demostrando que se puede hacer desde SuperSport300, SuperSport600 y Superbike. Que parece que aquí solo pueden ganar los que vienen de MotoGP. Creciendo en este campeonato se pueden hacer grandes cosas.

-Eso lo he hablado muchas veces con Bautista, parece que el Mundial de Superbike no está suficientemente reconocido en España en comparación con otros países ¿Está de acuerdo?

-Totalmente. Creo que en España se valora poco porque siempre ha estado la tradición de ver MotoGP. Yo antes también veía mucho la MotoGP. Pero creo que aquí en Superbike disfrutamos mucho, damos mucho show y también es muy bonito.

-Ya la última para finalizar. Lleva el 99 en el carenado y claro, todos tendemos a pensar que es por Jorge Lorenzo. ¿Es así? Y si no lo es, ¿Por qué ese número?

Pues también fue por otra casualidad de la vida. En aquella época Lorenzo llevaba el 48. Así que no, no es por él. Es porque mi padre me fue a escribir en el Campeonato de Madrid, en la primera carrera que hice en mi vida. Yo quería el 26 de Pedrosa, porque era mi ídolo en aquel entonces y estaba ocupado. Pregunto por el 21, mi cumpleaños, y estaba ocupado también. Entonces ya un poco harto, le dijo a la organización que cuáles estaban libres. Y mi padre, pues eligió el 99. Cuando me lo dijo al principio lloré como el niño que era porque bueno, no me gustaba. Pensaba que era el último. Al final, es una tontería, pero me puse a llorar mucho. No me gustaba al principio nada, nada, nada. Y luego le fui cogiendo cariño y ya para siempre.

-Y con el 99, el último número, a ser campeón del mundo, el primero...

-Sí, la verdad que los últimos serán los primeros (ríe).

-Muchas gracias y mucha suerte en este año.

-Gracias a ti.

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