MOTOGP | TAILANDIA

Acosta: “Todavía soy Robin, no llego a Batman”

“A la gente no le gusta que seas diferente y a mí no me gusta ser igual que todos”, dice, y añade: “Vengo a correr, no a pasarlo bien con los que me ganen”.

BURIRAM
RAFA MARRODÁN

Estaba claro antes de que llegara a MotoGP que Pedro Acosta no sería un novato cualquiera en la clase reina. Se le resistió el récord de la victoria más joven de la categoría, pero aspiró a ella, ha hecho podios y ha sufrido caídas cuando estaba para ganar. Todo eso en un chaval de 20 años que se cultiva interiormente con películas, documentales, libros y la gente experimentada de su alrededor. Entrevistarle es divertido y un repaso al refranero español y a frases hechas, algunas impublicables, que hacen que el tiempo a su lado se pase volando casi tanto como él vuela en la pista con su KTM.

-¿Sabía que hay bastantes expresiones suyas que no son reproducibles en el periódico o que hay que barnizarlas un poco?

-(Sonríe). Creo que hay que ser natural como la vida misma y muchas veces vale más que suene mal al oído, pero que se exprese bien lo que quieres decir. Ya sabes que soy un tío muy sentimental, que se guía por el corazón y creo que merece la pena ser así.

-No ha cambiado mucho en estos años. Sólo tengo que decir que tuvo dos o tres meses tontorrones al principio de Moto2...

-Y mira lo mal que me fue...

-¿Siente mantiene la esencia del crío que deslumbró en Moto3?

-Tú qué crees. Me he hecho mayor, que es diferente a cambiar. Creo que no debe cambiar nada. Esos dos o tres meses los puedo achacar a que era un niñato, hablando así de claro. Tenía 17 años y es muy fácil que eso pase. Lo que hace falta es tener gente alrededor que te aplome al suelo.

-¿Se llevó alguna colleja?

-No muchas, pero Aki (Ajo, que volverá a ser team manager de su equipo en 2025), me pegó un apretón en Argentina 2022 importante. No lloré porque le tenía mucho respeto y no me iba a ver llorar. Me quedo entre él y yo lo que me dijo, pero fue la vez más duro fue conmigo. Creo que es normal también y resalta lo importante que es tener un círculo de personas a tu alrededor bueno. Si por casualidad a mí me llega a salir bien ese inicio de Moto2, hubiera empezado a volar, volar y volar, pero a Ícaro se le quemaron las alas tirando hacia el sol, y la hostia para abajo es muy gorda. Vale la pena poner lo pies en el suelo antes y tirar adelante que seguir volando hasta que te chocas con una pared.

-¿Nota que ya no hace gracia a todo el mundo como el principio lo del ser de pueblo, con esa forma de hablar tan natural y con sus frases contundentes?

-No puedes obligar a nadie a que le gustes. Esto, antes o después, iba a llegar, el problema es que todo el mundo se dejó llevar por la ola inicial y, los que siguen estando, son los que estaban.

-Pero también se han sumado muchos a su causa en los últimos tiempos. Hasta en Australia vi gente con camisetas y banderas del Tiburón...

-Sí, ya, la verdad es que los fans están a tope, pero yo, que soy mucho de ver películas, pienso que es como la frase que decía el Joker, la de que a la gente no le gusta que seas diferente y a mí no me gusta ser igual que todo el mundo. Hay que respetar a cada uno como es. Yo sigo viniendo del mismo sitio que cuando llegué al Mundial, hace cuatro años, me lo paso bien montando en moto y creo que soy igual que cuando llegué al Mundial, sólo que un poco más mayor y me pienso alguna cosa más, pero creo estas cosas son naturales también.

“Sigo viniendo del mismo sitio, me lo paso bien montando en moto y soy igual, sólo que un poco más mayor y me pienso alguna cosa más”

Pedro Acosta

-¿Qué valoración general hace del año? Empezó muy potente, pero tuvo altibajos lógicos de un novato y se le escapó la opción de la victoria más joven de la historia en MotoGP, lo que no sé realmente si le escoció...

-Llega a soñar con ello, pero no me dolió. Valoro el año como que está yendo mejor de lo esperado, pero no todo lo bien que me hubiera gustado, eso está claro. Me dolió mucho más que hacer ese récord las dos caídas en las carreras de Japón, y también la de Cataluña, porque estaba para intentar ganar. Ese récord no me iba a dar nada. Esas caídas fueron muy parecidas a nivel de dolor, pero estas cosas son necesarias. Es muy difícil brillar si no hay un pasado oscuro detrás. Me dolió mucho caerme ahí, pero era necesario para crecer y para estar más preparado en el futuro. Valoro el año en positivo, porque hemos hecho buenas carreras, siendo una lástima caerme en Le Mans, en Montmeló, en las dos carreras de Misano y en las dos de Motegi. Eso no está bien para un campeonato.

-El Trofeo Bayeta no se le escapa...

-(Sonríe). No, no, no. Ése lo tengo asegurado, pero es lo que te digo, esto me hace crecer y sin momentos difíciles todo sería demasiado fácil.

-¿De dónde saca tan frase hecha y tanto refrán? A veces casi habla como un señor mayor y es un chaval de 20 años y con poca escuela.

-Escuela, escuela, la acabé muy pronto, pero yo creo que más importante que la escuela son las vivencias y en cuatro años de Mundial yo he vivido mucho. Además, me gusta mucho ver películas, documentales y llevo un año en el que me gusta mucho leer. Me he ido informando de muchas cosas y he tenido la suerte con trabajar con gente en este ‘paddock’ de mucha experiencia, adquirida con muchos pilotos importantes y con pilotos que marcan mucho. Coger un poco de aquí y de allí me ha ido formando más.

“Escuela, escuela, la acabé muy pronto, pero más importante que la escuela son las vivencias y en cuatro años de Mundial he vivido mucho”

Pedro Acosta

-¿Cuál es la figura de la que más ha aprendido?

-Siempre pondré a Aki el primero porque es con el que más tiempo he pasado codo con codo. Cada jueves iba a hablar con él a su oficina y nos tirábamos hablando de lo que fuese, de cualquier problema, el tiempo que hiciera falta. Es verdad que este año también he aprendido mucho, porque mi técnico, Paul (Trevathan), fue técnico de Pit (Beirer) en motocross y técnico de suspensiones de Dani (Pedrosa), y está aquí desde que la marca empezó en MotoGP; mi técnico de suspensiones, Oli (Olivencia), fue técnico de suspensiones de Dani en toda su época de 2T... Creo que he aprendido mucho de estas personas icónicas que han trabajado con Kato, con personas que sabes que no sólo son buenas por lo que hacen en la pista sino que tienen un carácter también fuera.

-Recomiende una película, un documental y un libro.

-Película, la de Nike (Air), y soy muy fan de ‘Piratas del Caribe’, pero lo tienes que ver desde el punto de vista de, como decían, la vida pirata es la vida mejor. Muchas veces tienes que ser un poco pirata para que las cosas te salgan bien. Documental, el de Michael Jordan, ‘The last dance’ (El último baile) o ‘Notorius’, el de Conor McGregor. Es muy bueno. ¿Y un libro? Ahora me estoy leyendo el de ‘Cómo ser un macho alfa’, pero ese no es muy recomendable, de momento. (Risas). Libro recomiendo ‘Las siete claves del coaching’ en los siete días de la semana. Y es fino.

“Soy muy fan de ‘Piratas del Caribe’ y la vida pirata es la vida mejor. Muchas veces tienes que ser un poco pirata para que las cosas te salgan bien”

Pedro Acosta

-¿Qué le aporta ese libro?

-Son cosas tontas, pero que muchas cosas tienes dentro y me ha aportado leer, ver los comportamientos de la gente, sobre todo. Acuérdate de que cuando yo vine aquí era muy tímido y apenas hablaba, sólo que luego me fui soltando cuando entendí qué era hablarle a un micro y a una cámara. Creo que el fallo de cuándo llegas al Mundial tan joven, sin tu padre y sin tu madre, que son los que siempre te han dicho por ahí sí y por ahí no, es que te tienes que dar cuenta muy rápido de las cosas. Te tienes que espabilar muy rápido y ver cómo se movía la gente aquí me ayudó.

-¿Qué hubiera sido de su debut en MotoGP si lo hubiera hecho con una Ducati en vez de una KTM?

-Si me abuela tuviera bigote, no sería mi abuela y sería mi abuelo. No sé lo que hubiera pasado, pero estoy muy contento en KTM y con la decisión de firmar por dos años con el equipo oficial. No me voy a centrar en los ‘y si’.

-¿Quién va a ganar este Mundial?

-Martín, porque en la situación actual del campeonato, con los puntos que quedan, ir 20 por delante no es una cantidad muy grande, porque no lo es, pero la tranquilidad mental que le da no la tiene un Pecco que no puede fallar. Martín puede decirse a sí mismo que “hoy hago segundo por detrás de Pecco, y no pasa nada”. Eso es una ventaja muy grande, porque ahora Pecco se tiene que centrar en ganar y no hay otra posibilidad para él que ganar a cada Martín en cada carrera. Pecco no puede fallar.

“Este Mundial lo va a ganar Martín, porque esos 20 puntos le tienen que dar una tranquilidad mental que no tiene un Pecco que no puede fallar”

Pedro Acosta

-¿Es consciente de lo rápido que se ganó a la prensa nacional e internacional desde el principio, desde el primer test de Valencia?

-Yo hablo contigo igual con micro que sin micro, y si quieres nos vamos a cenar.

-Ahora que lo dice, me debe una cena desde su final en Moto3.

-(Sonríe). Sí, sí, sí. La haremos. Pero a lo que ibas, no cambia nada que tú tengas un micro en la mano, porque pienso que hay que saber separar cosas, el cuando estás trabajando y el cuando estás comiendo con amigos. Yo intento tomármelo de la manera en que se lo diría a un amigo, porque si no es imposible aguantar diez o quince años en MotoGP. No aguanto si tengo que ser profesional las 24 horas del día, porque no me lo paso bien. Mi problema o ventaja es que llego al circuito y me lo tengo que pasar bien con las entrevistas, en la moto, hablando con el equipo. Yo me quedo aquí hasta las once de la noche por gusto, porque me lo paso bien. Si no fuera así a las cinco me iría al hotel. Y no voy a los hoteles que van todos los pilotos sino que me voy a los hoteles del equipo, porque eso me da mucha frescura. Llego al hotel a las diez, me tomo una cocacola con los míos y me voy a sobar, pero ha sido media hora en la que he estado hablando de tonterías, con los problemas en la cabeza de un tío de 20 años y no con los problemas de un piloto de MotoGP. Y si por casualidad me levanto a las dos y media de la mañana con alguna tontería de por qué la moto no va bien, voy, toca una puerta y me abren.

-¿Ha hecho eso alguna vez?

-(Se ríe). Sí, alguna vez que otra. Gracias a Dios, hemos encontrado un círculo tan duro que no se puede meter nada en medio.

“Soy el primero que felicitó a Marc cuando ganó en Aragón. Echó un par de huevos, pero que me gane por segunda vez me duele”

Pedro Acosta

-Parecía imposible eso que dijo que no venía a MotoGP a hacer amigos y que era del rollo de la antigua escuela, pero he sido testigo directo de cómo se ha cruzado con Márquez, en Assen, y ni se han mirado. ¿Cómo es posible, sin faltar el respeto a los demás, porque no lo hace, ir tan a su bola? Es verdad que es un piloto de los de antes.

-Los pilotos europeos siempre lo hemos tenido más fácil, porque si yo tengo una mala carrera en Misano, cojo un avión y el domingo por la noche estoy en casa de ‘la mama’, hago una lloradita y a seguir. Pero los Stoner, Schwantz o Doohan se cruzaban el mundo para ir y ganar en moto, dándoles igual todo lo demás. Y no lo digo porque hayan sido grandes pilotos, que han ganado mucho, sino porque son la esencia del deporte. ¿Cuántas veces has visto sonreír a Dani sin haber hecho primero? ¿O Lorenzo?

-¿Y Márquez, que se pasa la vida sonriendo? Es el Joker...

-Ya, pero el Joker también perdió con Batman.

-¿Usted es ese Batman?

-Ojalá fuera yo Batman, porque ahora mismo aún soy Robin y no llego a Batman. (Risas). Esa gente de la que hablaba, venían sólo a montar en moto, que es la esencia del deporte. No creo que los ciclistas se diviertan cuando pierden y los boxeadores se preparan una pelea durante un año que se puede acabar en diez segundos. Yo vengo a correr en moto, no a pasármelo bien con los que posiblemente me ganen. Amigos pilotos tengo, como Remy (Gardner) o Escrig (Álex), que están en SBK y Moto2. Venimos aquí a lo que venimos, y soy muy mío con los míos, y nos vamos a cenar el miércoles juntos, pero sólo con los que trabajan conmigo, para mí. Hay que saber separar. Yo soy el primero que felicitó a Marc cuando ganó en Aragón, y sin problema. El tío echó un par de huevos a la situación, pero que me gane por segunda vez me duele. Voy a seguir diciendo que es igual de bueno, pero me duele.

-Gracias por otro gran momento.

-Gracias a ti.

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