Una locura de tarjeta
Hasta ocho horas fueron necesarias para conseguir la SIM con la que comunicarnos en Arabia, después de 14 horas repartidas en vuelos y escalas para llegar al destino.
Después de 14 horas repartidas en vuelos y escalas hasta llegar a Arabia Saudí, la lógica invitaría a pensar que llegaba el momento de descansar. Pero nada más lejos de la realidad. La siguiente misión era comenzar a organizar los pequeños detalles que faltaban para funcionar de manera decente en el campamento. Uno de ellos era hacerse con una tarjeta SIM para comunicarnos y para ello, la organización habilitó una oficina dentro del Sea Camp con apertura programada a las 12 del medio día. Resultó extraño ver cola dos horas antes, pero poco después todo cobró sentido. Los miembros de los equipos, prensa, organización... se acumularon en la puerta de una oficina donde unos números al puro estilo colegial, determinaban tu orden de entrada a una ‘tienda’ donde la puntualidad nunca existió.
Sí lo hizo la impaciencia y la necesidad de salir a buscar a la ciudad de Yanbu (situada a una hora y media de camino) otra de las sucursales para poder hacernos con una de esas tarjetas. En esta ocasión encontramos la puerta abierta, pero una oficina con nueve puestos de trabajo tenía únicamente dos personas operativas para las cuales, su prioridad era respetar el horario de rezo. Lo vivimos periodistas y otros miembros de varios equipos que buscaron una vía rápida, que acabó consumiendo el tiempo de una jornada laboral. Y aunque pudiese parecer lo contrario, podemos sentirnos afortunados. Después de ocho horas hubo quien no tuvo la suerte de ver marcado el 4G en las pantallas de sus teléfonos y lo que al principio parecía un desplazamiento prematuro para contarles el rally, ha acabado dándonos el tiempo necesario para poder hacerlo. C’est le Dakar...