Sainz salva un día agónico
La etapa del español estuvo marcada por los pinchazos, Ekstrom tuvo que sacrificar su carrera y al final la brecha con Loeb se ajusta a algo más de 13 minutos.
Desde antes que comenzase el Dakar se habló mucho de la penúltima etapa. Las piedras iban a ser protagonistas, pero lo que nadie se esperaba es que los 371 km de bucle por Al Ula, fuesen un aperitivo de lo que está por venir. Porque ese mismo terreno ha sido el encargado de desatar la locura en una etapa que, antes de comenzar, ya puso los nervios a flor de piel. Saltó la sorpresa con un Loeb que tuvo problemas mecánicos en el Hunter cuando ni siquiera había tomado la salida. En el enlace (eran 178 km), el francés se tuvo que detener para reparar su prototipo y llegó sobre la bocina para poder luchar contra el crono. Cinco minutos separaron a Seb de un inicio que tomó de manera diferente a la que le hubiese gustado y aunque durante el recorrido parecía tenerlo todo bajo control, la realidad era bastante diferente.
Sufrieron a lo grande los dos aspirantes al Touareg. Porque si el día de Loeb comenzó siendo convulso, durante los momentos decisivos la situación de Sainz no fue mejor. Primero falló el GPS y el mapa sembraba las dudas, pero cuando parecía que todo iba bien y controlaba su ventaja con un Loeb que perdía dos minutos, comenzaron a venir los contratiempos. Primer pinchazo y primera parada para Carlos, en la que se dejó diez minutos con el francés. Siempre escoltado por Ekstrom y Peterhansel, había que empezar a sacar la calculadora e intentar ir sobre seguro en un terreno que le volvió a pasar factura.
Mientras que la incertidumbre de si Loeb aguantaría toda la especial pasó desapercibida desde el momento en el que el francés pasaba los puntos de control con una ventaja frente a Carlos que aumentaba paulatinamente, la siguiente incógnita era saber si la suerte volvería a darle la espalda a un Sainz que volvió a tener problemas con Dumas (en meta le recriminó su actitud y amenazó con ir ante la FIA) y sus ignorada al sentinel del Audi en un día para pocas bromas. Porque llegó el segundo y también el tercer pinchazo para el español, que se vio obligado a detenerse en el km 248 en el que Ekstrom fue a su rescate. El sueco le cedió sus repuestos y mientras que el líder de la general continuó la marcha, el otro Audi se quedó más tiempo en la zona volviendo a poner a punto su prototipo.
Reajuste de tiempos
Fue en ese momento cuando saltaron todas las alarmas porque los 20 minutos que tenía Carlos a favor de Loeb se esfumaban de un plumazo. Entre el español y el francés la desventaja era de tan solo cuatro minutos, una cantidad nada determinante visto lo que está por venir, pero entonces los pinchazos decidieron atacar al otro contendiente. Seb se quedó sin ruedas después de dos pinchazos, tuvo un problema con el gato hidráulico y perdió 15 minutos que reajustaron los tiempos, porque tuvo que buscar un lugar donde poder cambiar bien las ruedas ya que en el momento del pinchazo, estaban entre las montañas.
El francés acabó frustrado por todo lo que le está pasando, pero más bien debería dar gracias de no haber necesitado a un compañero ausente que no estará para salvarle de los problemas. Al Attiyah se bajó ayer del Dakar tras otra avería mecánica en el Hunter y deja a su compañero solo ante el peligro y un batallón de Audi que ha demostrado saber muy bien cómo se trabaja en equipo. Los ocho minutos que perdió Carlos esperando a Ekstrom para reanudar la marcha son un mal menor en un momento como este, donde la partida acabó con Chicherit como ganador y Sainz líder con más de 13 minutos de ventaja en la general. Todavía queda partido.
Resultados etapa 10 coches
Así va la general de coches
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