KO de Martín, victoria de Pecco y podio de los Márquez

Carrerón de MotoGP en Sachsenrig, con un final de locos y varios nombres propios que darán que hablar durante varias semanas. Martín se cayó en la penúltima vuelta cuando lideraba y puso así en bandeja la victoria a Bagnaia, que firmó su cuarto triunfo consecutivo, y sexto del año, para ponerse además al frente de la general. Y los hermanos Márquez coincidieron en el podio por vez primera, lo que no se veía en la clase reina desde que lo hicieran los Aoki en Ímola 97, con Nobuatsu y Takuma como protagonistas. Además, Marc firmó un remontadón de la decimotercera plaza a la segunda y Álex fue el que cerró el cajón con el tercer puesto, para felicidad del Gresini Racing, que lo festejó por todo lo alto a pie de podio.

El lado más amargo fue, sin duda, para un Martinator que tenía la victoria a tiro de tres kilómetros, los de la última vuelta, pero se le cerró la dirección de su Ducati en la frenada de la primera curva y se fue al suelo. Es la segunda vez en lo que va de temporada que se cae rodando en cabeza, porque ya besó el suelo en Jerez, aunque allí quedaban todavía muchas vueltas por delante, y también le sucedió en el esprint de Montmeló.

El del Prima Pramac arrancó en cabeza, pero Pecco dio muestras de sus intenciones desde el principio, superando primero a Oliveira y después a Martín, en la curva de entrada a meta de la segunda vuelta. El madrileño no pierdo comba y pasó de nuevo al ataque en el séptimo giro, con pasada al campeón en el final de recta. Eso fue en la séptima vuelta y en la 15, a mitad de carrera, llegó a superar el segundo de ventaja, pero el del Lenovo Ducati no cesó nunca en el empeño. Así, al comenzar la última vuelta, el perseguidor estaba a medio segundo de la cabeza. Llevaba ya varias vueltas metiendo presión a su rival y se encontró con un regalo inesperado, idéntico al del año pasado en Indonesia, con el resultado de su asalto al liderato con diez puntos de ventaja sobre el de San Sebastián de los Reyes.

Un final absolutamente feliz para el bicampeón de MotoGP, que cruzó la meta con 3.8 de ventaja sobre un Márquez que volvió a ser el gran animador de la prueba con otra enorme remontada. La de aquí le llevó de decimotercero a segundo, idéntico resultado a los que hizo en el esprint y la carrera de Le Mans, y parecidos a los de Cataluña, donde saliendo decimocuarto acabó segundo el sábado y tercero el domingo.

La de Alemania estuvo a punto de caer en saco roto la marrullería que le jugó Morbidelli. Fue en el inicio de la vuelta 22, a 9 del final. El italiano se coló en el final de recta, lo que el español aprovechó para superarle por el interior, pero sufrió un cerrojazo de su rival que a punto estuvo de mandarle al suelo. Su Ducati le dio un trallazo terrorífico, golpeó y rompió la cúpula con su cuerpo y para colmo hubo de rodar algunos segundos con el airbag de su mono hinchado. Eso era la lucha por la cuarta plaza y, aunque perdió algo de terreno, el octacampeón tiró con todo para recuperar el terreno perdido. Volvió a llegar a la rueda de Morbidelli a cuatro vueltas del final y le dio un hachazo en la curva de entrada a meta para ponerle en su sitio. Fue duro, pero limpio, no como el cerrojazo que había sufrido él.

A partir de ahí, el siguiente objetivo era su hermano Álex, con el que no tendría miramientos de ningún tipo para sacar del podio, pero la caída de Martín abrió la puerta del podio para los dos. Eso sí, Marc puso orden y en la curva 12,al final del tobagán, se ponía segundo para acabar felicísimo un fin de semana en el que le pasó de todo, con caída durísima el viernes, dolor en las costillas y una pequeña fractura en el índice de la mano derecha. Nada que pueda frenar del todo al kaiser de Sachsenring.

Por detrás de los tres del podio, Bastianini, Morbidelli, Oliveira, Acosta, Bezzecchi, Binder y Raúl Fernández cerraron las 10 primeras plazas. Más atrás, Maverick 12º, Augusto Fernández 14º y Mir 19º. Todo ello en el día a Márquez se le volvió a resistir la victoria, pero en el que demostró que hay que seguir contando con él y que llegará cualquier día. Ni lo duden.