Saltan chispas en Alpine
Laurent Rossi, CEO de la marca, considera “inaceptable” el inicio de temporada y señala a Otmar Szafnauer: “Es su trabajo, no hay nada que ocultar”.
Alpine está en crisis. Cinco carreras después del inicio de temporada, la situación es crítica en la escudería francesa. Lejos de mejorar su cuarto puesto en 2022, ganando la batalla a McLaren en su particular lucha, los galos viven desde Bahréin un revés en su potencial que ha defraudado en gran medida a todos los altos cargos. El objetivo a principio de año era ambicioso: hablaban de una mejora de dos segundos por vuelta respecto a la pasada temporada y, tras una campaña que hacía tener esperanzas en la marca pese a la salida de Fernando Alonso, se llevaron una gran decepción al poner el coche en pista. No estaban cerca de lo que habían prometido, por lo que el inicio de año iba a ser más complicado de lo esperado. Y la lista de errores no para de crecer.
Penalizaciones para Esteban Ocon, malas la clasificaciones los sábados, un rendimiento muy bajo en Arabia Saudí y, por si fuera poco, un choque entre compañeros de equipo que dejaba sin puntos a Alpine en Australia, el que fue su mejor fin de semana hasta el momento. “Empezamos la temporada por detrás de los objetivos de desarrollo”, asegura Laurent Rossi, director de la escudería, con dureza ante la cantidad de errores que se han cometido y que tienen “asumir, no repetirlos y aprender de ellos”. La crisis de rendimiento es evidente y, él mismo, asume que “es decepcionante” y que viven una “situación realmente mala” dentro de la marca francesa que tiene que cambiar con urgencia. “Está bien cometer errores, pero no está bien cometerlos dos veces porque significa que no has aprendido”, explica Rossi con enfado, confesando que “este año hay muchas excusas” que ya no valen. Alpine tiene que frenar su retroceso para volver a dar pasos al frente. Y, eso, pasa por encontrar ”a las personas adecuadas”: “Necesito abordar esto”.
A su llegada a la escudería, Laurent Rossi apostó por Otmar Szafnauer en su reestructuración. El francés confió en su gran experiencia dentro del paddock de la F1, tras su paso por Force India, Racing Point y, posteriormente, Aston Martin; y, aunque consiguió acabar el 2022 con una muy positiva cuarta plaza, la historia ha cambiado de manera radical. Ahora, el director del equipo es el principal señalado de una situación que considera “inaceptable” para una marca de tan alto nivel que, además, aspira a seguir mejorando. “Él es responsable del rendimiento del equipo, ese es su trabajo”, dice Rossi. “No hay nada que ocultar. Otmar fue contratado para dirigir el equipo, a lo largo de la temporada y las próximas temporadas hacia los objetivos que tenemos, que es progresar constantemente, como lo hicimos en los dos primeros años, (quinto en 2021 y cuarto en 2022) y llegar a los podios”.
En la cuerda floja
Exculpa a sus pilotos, de los que dicen “están haciendo su parte del trabajo”, pero el mandamás galo insiste en que necesitan “arreglar la mentalidad del equipo lo antes posible” para poder “estabilizar el rumbo” que siguieron el curso pasado porque, en caso contrario, “habrá consecuencias” sin esperar “hasta final de año”. Y Szafnauer se llevaría la peor parte porque, después de los buenos resultados de 2022, con un proyecto que “era muy prometedor” y que sigue contando “más o menos la misma gente”, Rossi no acepta “que no seamos capaces de mantener” la cuarta plaza en el campeonato. “Sí, es Otmar y el resto de su equipo, ya que Otmar solo no lo hace todo, pero la responsabilidad es de Otmar”, le señala el CEO de Alpine, como máximo responsable de lo que está sucediendo en este inicio de año.
“El equipo ha conseguido ser cuarto. Tienen los medios para ser cuartos, más que otros. Quiero que sean cuartos. Si no lo hacen, será un fracaso”, insiste Laurent, consciente de las capacidades del equipo y acusando a los más altos cargos de no esforzarse lo suficiente para seguir avanzando: “Estamos funcionando a un nivel más bajo, lo que me molesta, pero tenemos los mismos altibajos”. “La gente tiene que darse cuenta de que no estamos donde deberíamos”, añade, persistiendo en la idea de “arreglar la mentalidad del equipo cuanto antes”. Szafnauer camina ya por la cuerda floja y pierde la confianza de sus superiores: “Eso es algo que aumenta con los buenos resultados y se erosiona con los malos”.