Sainz contra Goliath y Alonso, contra todo pronóstico

No se despedirá desde la pole, porque los McLaren simplemente fueron mejores, pero Sainz puede bajarse del Ferrari plenamente satisfecho en su última clasificación vestido de rojo. Luchó por la primera posición hasta la última vuelta, terminó tercero a dos décimas de Norris y separado por escasas milésimas de Piastri. Batió al piloto más inspirado del día, Hulkenberg con el Haas (luego penalizado con tres puestos), y al campeón del mundo. En resumen, demostró que es uno de los grandes de esta parrilla y que tiene sitio entre los coches grandes, aunque el equipo de Maranello haya decidido comprarse un clásico y el resto de fabricantes campeones prefieran patrocinios, pilotos apadrinados o un Twingo. Sin resquemor, sin una mala palabra, Carlos cumplirá hasta el último día de sus cuatro años como piloto de Ferrari.

Y luchará por la victoria, aunque el título de constructores se le pone azul oscuro casi negro a los italianos, porque tienen que recortarle 21 puntos a McLaren, salen por detrás del coche más dominante del año desde Miami y además Leclerc no pasó la Q2 y tiene una penalización de diez puestos por el cambio de batería. El Ferrari ‘16’ tendrá que remontar desde el fondo en busca de un auténtico imposible.

Alonso, en su liga propia, recuperó otra vez la versión superlativa con una Q2 de genio. Salvó el primer corte por escasas milésimas y el Aston Martin amenazaba con eliminación temprana durante todo el fin de semana. Pero fue el piloto, con sus manos, quien lo situó dentro del top-10 contra todo pronóstico y con mucho margen. Le dio para ser séptimo en la segunda clasificatoria a solo dos décimas del más rápido. Stroll cayó eliminado en la 13ª posición. Se subió por las paredes Fernando con otra de esas vueltas al límite que integran una bonita colección en 2024, aunque sus resultados no llamen la atención de algunos expertos. Clasificó octavo, delante de Bottas y Pérez, así que los puntos son otra vez una realidad para la última carrera de 2024.

No tendrá mucho brillo la despedida de Hamilton de Mercedes. El siete veces campeón le debe seis a su actual escudería, pero en su última carrera saldrá desde el gallinero después de una lamentable eliminación en Q1 propiciada por varias cosas. No ayudó la tardanza de unos cuantos equipos para salir a buscar la última vuelta, un clásico de la F1 que dejó a varios pilotos en condiciones pésimas para iniciar los intentos de vuelta rápida. Pero Sir Lewis fue 18º, una de las peores clasificaciones de siempre del mejor poleman según las estadísticas. Ganará alguna posición gracias a las penalizaciones que arrastran Leclerc y los Williams, pero la historia se cuenta sola.