“La diferencia entre Max y Checo es extraña... no es un idiota”

La constante superioridad de Verstappen levanta, inevitablemente, interrogantes en la Fórmula 1. No tanto por su ventaja en el Mundial (125 puntos antes de la carrera de Zandvoort que le permitirían ganar el tercer título incluso en Japón, con seis grandes premios por delante) como por la diferencia entre el Red Bull número ‘1′ y el número ‘11′. Se vio particularmente en Spa-Francorchamps, con ese sencillísimo adelantamiento del neerlandés sobre Pérez una vez abrió el DRS. Y de nuevo en Zandvoort, con 1.3 segundos de diferencia en la vuelta de clasificación que situaron a Max en la pole y a Checo en la séptima posición.

Entre los rivales, Toto Wolff puso palabras al desconcierto tras la clasificación de Zandvoort: “Checo no es un idiota, le hemos visto durante los años. Ha ganado carreras, es un múltiple ganador de grandes premios que ha estado por ejemplo en Racing Point. Ya hemos visto que Max destruye todo lo que hace, ya sea por la habilidad para crear un coche enfocado hacia él que es muy difícil de pilotar, pero que si lo haces genera esas ventajas. Pero 1.3 segundos no tienen una explicación obvia. Es bastante extraño”.

Paul Monaghan, ingeniero jefe de Red Bull, arroja algo de luz: “Su buen rendimiento asegurado en todas partes es uno de los puntos más fuertes. Puede tener una mala sesión, pero a la siguiente ya está ahí. No comete muchos errores y es un buen indicador de su nivel de confianza. ¿Checo? La confianza entre pilotos es líquida, se ve en otros equipos. Checo ganó en Azerbaiyán, luego hizo la pole en Miami y a partir de ahí la confianza fue hacia Max en carrera. Checo no ha estado abajo en la clasificación en ninguna carrera, puede que se marche de alguna con malas sensaciones pero cuando llega la siguiente, tiene confianza. Es un elemento maravilloso del equipo y le apoyaremos con todo lo que tenemos”.

Pérez y el futuro en Red Bull

No es un secreto que el estilo de pilotaje de Verstappen y su querencia por coches con subviraje no tiene muchos iguales en esta parrilla. Checo, por ejemplo, ha preferido tradicionalmente otro tipo de comportamientos en el monoplaza. Sucedió, a menor escala, con el Ferrari F1-75 de 2022 cuyo sobreviraje gustaba a Leclerc, pero no a Sainz. Sin embargo, la extrema superioridad del neerlandés en el campeonato (está a punto de ganar la novena carrera consecutiva, y 11 de 13) obliga a pensar que las decisiones técnicas son correctas. Red Bull dice y repite que los dos RB19 que lleva al asfalto son idénticos. Eso pone toda la presión sobre el mexicano.

Helmut Marko ya ha deslizado que aunque Pérez tenga contrato, tendrán que confirmarle aún para 2024. Así se entiende mejor el regreso de Ricciardo a la F1 con Alpha Tauri, quieren estudiar a ambos antes de designar al compañero de Verstappen, y quizás la lesión del australiano sea una bola de oxigeno para el mexicano. Que a pesar de la desventaja, es segundo del Mundial y ha ganado todas las carreras que dejó pasar Max, dos y un esprint.