Hamilton y Mercedes, una época que solo admite una comparación

Solo hay que ver cómo le despidieron en la que ha sido su casa los últimos once años, con una gira por varios países, un baño de masas de sus trabajadores y fuegos artificiales como colofón, para darse cuenta de lo que significa la figura de Lewis Hamilton para Mercedes. Todo. Ha sido una historia que se vende sola, como la que está por venir cuando una su leyenda junto a la de Ferrari, en la que han marcado una época de la Fórmula 1 que permanecerá para los restos y a la que solo es capaz de hacer frente la de Michael Schumacher con la ‘Scuderia’.

Los dos grandes campeones del Mundial también rivalizan en las estadísticas en ese apartado, el de ver cuál de las dos eras fue más dominante, si la del Kaiser en Maranello o la de Sir Lewis en Brackley. Se suele decir que las comparaciones son odiosas y es cierto, pero esta, una más entre los dos heptacampeones, está justificada porque no hay otras que hayan alcanzado cifras tan mareantes, y similares, durante tantas temporadas de relación, las once de Schumacher en Ferrari y las doce de Hamilton en Mercedes.

Cuando apostó por dejar McLaren, algo sorprendente y hasta incomprensible en su día, para pasar de llevar motores de la estrella a pilotar sus coches a partir de 2023, pocos imaginaban que acababa de empezar una era que podría rivalizar con la más grande de la historia hasta entonces, pero así fue. A diferencia de Schumacher, que llegó a Ferrari en 1996 ya con dos títulos en su haber logrados con Benetton, Hamilton aterrizó en Mercedes con el que levantó en 2008 en Woking, pero el comienzo de la era híbrida en 2014 lo cambió todo.

Mientras que Michael tuvo que pasar cuatro años construyendo un proyecto ganador en la casa de Maranello hasta que empezó a encadenar títulos (cinco, de 2000 a 2004), Lewis ya conquistó su primero con los de Brackley al año siguiente de su llegada y disfrutó de unos coches al menos tan dominantes como los del alemán para alcanzar junto a él la cima del Olimpo de la F1. Eso sí, ninguno pudo marcharse en lo más alto porque a ‘Schumi’ le frenó Fernando Alonso con su Renault y al británico, el Red Bull de Max Verstappen.

Unas cifras mareantes

Pero hablemos de números. En cuestión de títulos, Hamilton aportó más a Mercedes con sus seis de pilotos y ocho de constructores, que Schumacher a Ferrari con cinco de los primeros y seis de los segundos. Y aunque las cifras que dejó Lewis son más altas, en porcentajes respecto a los grandes premios disputados gana Michael. El inglés participó en 246 con las flechas de plata logrando 84 victorias (34%), 78 poles (32%) y 153 podios (62%); y en sus 180 con el Cavallino Rampante, el teutón sumó 72 victorias (40%), 58 poles (32%) y 116 podios (64%).

Unidos a otros datos como el de vueltas rápidas, 55 para Hamilton (22%) y 53 para Schumacher (29%), les hacen compartir protagonismo en la mayor parte de estadísticas que ha dejado la F1 en sus 74 años de historia. Ahora bien, mientras que en Ferrari nadie fue capaz de ser campeón con Michael como compañero (ni Irvine, ni Barrichello y ni Massa), Nico Rosberg sí que pudo ‘quitarle’ un título a Lewis en 2016, ese que le hubiera dado el trono en solitario y que tratará de conseguir en la casa en la que el Kaiser construyó su leyenda. Eso sería otra historia épica…

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