F1 | SUZUKA

El heredero natural de Alonso

Verstappen, bicampeón del mundo, iguala a su vez las 32 victorias del asturiano en F1. Su presente es estelar, el futuro también.

Suzuka
Jesús Balseiro

Las escuelas de Senna y Prost, como si se hablara del estilo con Bilardo y Menotti, explican en buena manera el arquetipo de las estrellas de Fórmula 1. Los que sitúan la clasificación como eje de sus genialidades y vuelan a una vuelta recuerdan al tricampeón brasileño, Hamilton es el mayor exponente de esta corriente. El Profesor y sus alumnos, por contra, cimentan sus enormes resultados sobre monoplazas ganadores y se destacan por su capacidad de adaptación. Es más fácil vencer con el mejor coche, no cabe duda, pero no tiene nada de sencillo mantenerse arriba durante una década, cambiando de equipo o compartiendo garaje con leyendas. Vettel encaja en parte con esta descripción y Schumacher mejoró indudablemente el modelo.

Pero en este esquema de trazo grueso hay una subcultura de pilotos alternativos, puede que inclasificables, que retuercen el paradigma de la Fórmula 1. Jim Clark ganó dos Mundiales en los años 60 y los eruditos de la estadística no le considerarían en un mar de múltiples campeones como el Kaiser y Sir Lewis (siete) o su coetáneo Fangio (cinco). Pero ganó 25 grandes premios en 72 participaciones (uno de cada tres) e hizo la pole en casi la mitad. Más allá de los números, elevó la profesión de piloto a la categoría de artista. Como Nigel Mansell, un luchador en los tiempos de Ayrton y Alain: ‘solo’ ganó un campeonato. Gilles Villeneuve ni siquiera necesitó un Mundial para elevarse a la categoría de mito. Los dos perdieron la vida en un circuito y en ambos casos la cualidad que perdura y que trasciende a los resultados es el puro talento.

Estadísticas en paralelo

Alonso es otro eslabón de la generación de pilotos totales: el campeón más joven de su tiempo, quien destronó a Schumacher, protagonista de salidas imposibles y victorias agónica con un estilo de pilotaje muy agresivo y característico, sobre todo en la entrada de las curvas. No ganar con Ferrari en 2010 y 2012 si acaso mejoró el caché: nadie más ha sido capaz en los años recientes de llegar líder a la última carrera sin tener el mejor coche. Verstappen, el piloto del momento y quizás de la década, es hoy el heredero natural de Fernando. La química entre ambos flota en sus declaraciones y halagos cruzados y la estadística, caprichosa, ha querido que el neerlandés de 25 años iguale los dos títulos del asturiano el mismo día que alcanza también la cifra de 32 victorias en la Fórmula 1. Uno reinventó la F1 para España y el otro ha convertido a los Países Bajos en el epicentro cultural del Gran Circo.

“Al cien por cien desde que sale a la pista”

Nacido en Bélgica (nunca ha residido en Holanda), hijo de Jos Verstappen (fue piloto de F1) y Sophie Kumpen con el automovilismo en la sangre, arrasó de niño en el kárting (solo le faltó el Mundial) y superó como un mero trámite las categorías de monoplazas antes de debutar en la F1 con apenas 17 años. Fue con Toro Rosso. Red Bull le ascendió al primer equipo a mitad de curso en 2016, en España, y ganó aquella carrera para convertirse en el ganador más joven de siempre (18 años, siete meses y 15 días). Su maduración no fue rápida, a partir de aquella gesta debió superar un periodo de precipitación y agresividad desmedida. Pero Helmut Marko y compañía sabían lo que tenían entre manos: volcaron todos los recursos alrededor de ‘Mad Max’ y lo convirtieron en ‘Súper Max’. Ganó el Mundial más apretado de la historia en 2021: en la última vuelta de la última carrera, polémica incluida, contra Hamilton y el mejor Mercedes. Renovó con Red Bull hasta 2028 (no parece que vaya a seguir después en la F1, su carrera no será larga) por 50 millones de euros anuales. Este segundo título le ha costado bastante menos, ni Ferrari ni sus pilotos fueron rivales para Verstappen.

“Cuando ganas un campeonato a cuatro carreras del final quiere decir que has hecho algo excepcional. Enhorabuena, bienvenido al club. Le deseo más suerte de la que yo tuve. Espero que el año que viene tenga más rivales y espero estar yo en esa posición también”, le felicitó Fernando. “Hay pilotos que necesitan más tiempo, estudiar más datos, emplear todo el viernes para analizar y comparar con el compañero cada paso pequeño hasta que llegan preparados al cien por cien a la clasificación. Y hay pilotos que están al cien por cien desde el primer entrenamiento. Max es uno de esos, ha sido así desde el kárting y no es una sorpresa”, resume Fernando Alonso sobre las cualidades del neerlandés (ocho temporadas en F1, 32 victorias, 18 poles, 73 podios y 159 grandes premios). “Se merece este Mundial completamente, fueron el mejor equipo y el mejor piloto. Ferrari tuvo un coche muy, muy rápido; igual o mejor. pero Red Bull y Max (Verstappen) estuvieron impresionantes. No hubo lucha, porque Red Bull y Max fueron superiores”, resume sobre la temporada, y cierra con cierta ironía: “Tiene mucho camino por delante, pero le deseo más suerte de la que tuve yo. Porque yo tenía esas estadísticas con 26 años y son las mismas que tengo ahora. Aunque estoy seguro de que con Red Bull solo puede ir a mejor”.

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