Arranque discreto de Sainz y Alonso con algún problema
El madrileño se quedó sin sistema hidráulico en el Ferrari, aunque en el garaje se reparó. Fue 7º, con Fernando 16º. Lideró Verstappen delante de Albon y Checo.
Verstappen lideró la primera sesión de entrenamientos en México con 95 milésimas de ventaja sobre Albon (la recta larga le irá bien a este Williams tan eficiente) y casi tres décimas con respecto a Pérez. La diferencia entre los dos Red Bull, el invitado y el resto es de medio segundo, así que puede ser descriptivo sobre lo que ofrecerá el Autódromo Hermanos Rodríguez este fin de semana. Fue un arranque de gran premio con muchas caras desconocidas para el gran público, porque hasta cinco escuderías optaron por subir a un joven: Pourchaire (Alfa Romeo), Vesti (Mercedes), Bearman (Haas), Doohan (Alpine) y Hadjar (Alpha Tauri) completaron los libres y por ese orden inverso cerraron la tabla de tiempos del viernes. El francés ni siquiera pudo completar una vuelta, le tocó el Alfa con problemas en esta mañana de viernes. El reglamento obliga a reservar al menos dos entrenamientos libres al año, por equipo, para un ‘rookie’.
Tampoco empezó del todo bien la jornada para los españoles. Alonso tardó en salir a rodar tras sus vueltas de instalación, en Aston Martin no daban con la altura adecuada. Arrancó con sensores en el difusor, hay trabajo de pruebas en el equipo de Silverstone para optimizar y correlacionar las evoluciones que utilizaron en Austin, aún con muchos datos por recoger. Al final paró la cuenta en 17 vueltas, el que menos rodó en la sesión matinal (a parte de Pourchaire), con el 16º tiempo. El tráfico le afectó en el último sector.
Por su parte, Sainz se quedó sin sistema hidráulico en plena vuelta y debió sudar para llevar el Ferrari al garaje sin dirección asistida, saltándose cada curva. Aun así, en el box se reparó la incidencia y pudo rodar después. Hizo el séptimo tiempo, a dos décimas de Leclerc. El madrileño estaba enfermo este jueves, problemas de estómago, y llegó tocado de fuerzas al viernes. No hay evoluciones este fin de semana en el asfalto, más allá de las habituales rejillas de refrigeración en las tapas del motor. En México, a 2.000 metros de altitud, hay menos oxígeno en el aire y el motor sufre para replicar las mismas prestaciones. El turbo hace un trabajo extra y las mecánicas se castigan. De ahí las rejillas. Y de ahí los problemas.