Fórmula 1

Alonso: dos décadas y una misión

Se cumplen dos décadas del primer título de Fernando en Brasil 2005. “Nunca pensé seguir en F1 veinte años después”, reconoce el piloto.

Clive Rose
Corresponsal de AS en los grandes premios de Fórmula 1 desde 2019. Colaborador de la SER. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense, forma parte del diario desde 2013 y, además de la F1, ha cubierto dos Rally Dakar y ha asistido a competiciones internacionales de motor como los Mundiales de Resistencia, Turismos, Motocross o Fórmula E.
Actualizado a

Un 25 de septiembre de 2005, Alonso se convirtió por primera vez en campeón del mundo de Fórmula 1. Destronó a Schumacher, para muchos el mejor piloto de todos los tiempos, en una temporada repleta de momentos para la historia: el desfallecimiento en el podio tras ganar en Malasia sin poder beber agua, la victoria en Ímola con una defensa memorable sobre ‘El Kaiser’, siete triunfos en total y 15 carreras de 19 en el podio. Sentenció aquel Mundial con un tercer puesto en Interlagos entre gritos de “¡toma y toma!”, escanció el champán en el podio. Ya coronado, en Japón protagonizó una épica remontada del 16º en parrilla al tercero y regaló el icónico adelantamiento al heptacampeón en la curva 130R. Y en China, último gran premio de la temporada también con victoria, aseguró matemáticamente el título de constructores de Renault. Terminó con 21 puntos de ventaja sobre Raikkonen, su rival con el McLaren.

El coche que lo hizo posible fue el Renault R25, un monoplaza icónico diseñado por Bob Bell en una escudería capitaneada por Flavio Briatore. En el GP de Abu Dhabi de 2020, Fernando se dio el gusto de pilotarlo en tres salidas durante el fin de semana que extasiaron a aficionados, pilotos, mecánicos y demás estamentos del paddock. Se cumplían 15 años de aquella campaña, y muchos miembros que formaron parte de Renault en 2005, la mayoría ya en otras escuderías, posaron, cada uno con sus colores, junto al piloto español.

Dos décadas después, Fernando es el piloto con más grandes premios en la historia de la F1 (418 y sumando, aventaja en 45 a Hamilton); es el séptimo histórico en número de victorias (32) y el sexto en podios (106). Su prestigio en el paddock va mucho más allá de los números: entre los jefes de equipo, compañeros de parrilla y periodistas hay consenso para situarlo entre los mejores de siempre. Ganó dos títulos (2005 y 2006) que podrían haber sido cinco (2007, 2010 y 2012) de haber sumado once puntos más en aquellas campañas. Y es indiscutible que entre sus mejores temporadas en la F1 bien pueden destacarse aquel 2012 en Ferrari contra el Red Bull imbatible de Vettel o el 2023, con ocho podios y un cuarto puesto en el Mundial al volante de un ilusionante Aston Martin.

Pero resulta muy difícil, incluso inapropiado, hablar de Alonso en pasado. El propio Fernando hacía una reflexión forzada en el pasado GP de Azerbaiyán cuando le preguntaban con insistencia por la fecha que se acercaba: “Nunca pensé estar en la F1 veinte años después de mi título. Muchas cosas han cambiado en el deporte. La tecnología, las unidades de potencia, la manera en que corremos, cómo preparamos la carrera, el análisis de los rivales. Está en el ADN de este deporte, todo está dictado por las prestaciones del coche y las reglas, que siempre le van mejor a un equipo o a otro. Pero ahora es todavía más extremo”.

Adaptación, mentalidad y ningún punto débil

En su reciente entrevista con AS, destacaba cuáles son las cualidades que le diferencian como piloto: “Primero, la adaptabilidad a condiciones cambiantes en la pista. También no tener un punto demasiado débil muy marcado. Al experimentar con tantos compañeros como he tenido en la F1, siempre hay alguna área de la conducción en la que sufren un poco más. Y también la mentalidad. No rendirme, intentar estar siempre preparado para lo que venga. A veces puede ser un podio y otras veces será un 14º”. “No me considero un especialista en los sábados, tampoco los domingos”, explicaba: “Tengo más victorias que poles porque he tenido muy pocas veces el coche más rápido. El domingo hay otros factores, tienes que salir bien, tienes que conservar los neumáticos, atacar o defender en el momento adecuado, hacer buenos pit-stops… ahí es donde he destacado un poco más. Aunque me hubiese gustado no destacar en nada, tener un coche rápido y ser el piloto más aburrido del mundo. Pero tenía que inventarme algo los domingos”.

Tenía 24 años cuando se convirtió en el campeón más joven de la historia de la F1. Ahora, con 44, describe el cambio de reglas de 2026 como “la última oportunidad”. “Si el coche fuese mal, hay posibilidades de que siga un año más para acabar con buen sabor de boca. Si el coche fuese bien, es probable que 2026 sea mi último año”, aseguraba a este medio, convencido de que quiere “dejarlo en lo alto”. A su favor, el impulso de Adrian Newey, el diseñador más prestigioso de las últimas tres décadas, en un Aston Martin plagado de ingenieros talentosos y con una inversión multimillonaria en el último lustro. En contra, la imposibilidad de predecir qué escuderías serán fuertes en la próxima generación de monoplazas. “2026 es el último cambio de reglamentación que voy a vivir y es la última oportunidad para intentar ganar otro gran premio, disfrutar de cosas buenas, subir al podio y luchar por un campeonato”, piensa Fernando. Acomodarse en las memorias de 2005 y 2006 es lo opuesto a su carácter.

Etiquetado en:

Te recomendamos en Fórmula 1

Lo más visto

Más noticias