25 años del día que Schumacher reinó con Ferrari: “Significa más que mis otros títulos”
Se cumplen 25 años desde que Michael ganó su primer título con los de Maranello, poniendo fin a una sequía de 21 años para los italianos. Tras este, llegarían otros cuatro consecutivos.
8 de octubre del 2000. Un día que pasó a la historia para Michael Schumacher y que, hoy, cumple 25 años. El primer Mundial del alemán con Ferrari se hizo esperar, pero acabó llegando en un año donde acumuló un total de nueve victorias y después de una temporada (1999) en la que sufrió un durísimo accidente en Silverstone que le hizo ausentarse durante unas cuantas carreras. Y así se escapó toda su opción de conseguir el que sería su tercer título de Fórmula 1 hasta la fecha. Pero a comienzos del curso siguiente ya avisó a sus rivales de lo que podrían esperar de él en toda la temporada: comenzó encadenando tres triunfos y, pese a la rivalidad y la competitividad que se vivió ese año, nada pudieron hacer.
El Kaiser hizo historia al coronarse en el GP de Japón, en el Autódromo de Suzuka, para acabar con una sequía personal de cinco años y otra de Ferrari que ascendía hasta los 21 años sin ser campeones del mundo (desde 1979). Schumacher por fin era tricampeón de la Fórmula 1, sin saber que esa corona supondría el inicio de una era de dominio absoluto por su parte. Y es que el alemán consiguió cinco Mundiales consecutivos con los de Maranello, desde 2000 al 2004, hasta alcanzar los siete campeonatos del mundo. Una cifra que se paró ahí porque, pese a seguir dos años más con los italianos, tan solo pudo ser tercero en 2005 y segundo en 2006. Después, en su salto a Mercedes, no pudo replicar la histórica y, tras tres temporadas, dijo adiós a la competición.
Pero ese año fue especial y, dicho por el propio campeón, ese título significó más para él que los dos primeros. El caso es que, pese a encadenar tres victorias consecutivas nada más empezar el año, luego tuvo una racha muy mala, sumando tres ceros también consecutivos que le pusieron realmente en un aprieto con su máximo rival, David Coulthard, que fue segundo del Mundial durante muchos meses (luego acabaría perdiendo la posición con su compañero de equipo, Mika Hakkinen). Pero luego, Michael volvió a remontar: en quince carreras, había sumado siete triunfos. Así que tendría bola de título a falta de una carrera del final, en el GP de Japón. Y no falló. Ganó la cita de Suzuka y le sacó esos dos puntos a Hakkinen que le hacían tricampeón del mundo.
“Sentí un estallido de emoción cuando crucé la meta. Las condiciones fueron difíciles hoy y la temporada ha tenido sus altibajos. Fue genial terminar con una victoria tras una lucha hasta la última curva, gracias a Mika”, explicaba Schumacher nada más cruzar la línea de meta, logrando la victoria gracias a una gran estrategia de Ross Brawn en las paradas, que le hizo ponerse líder y arrebatarle la cabeza de carrera a su rival. Una situación que hubiera llevado el Mundial hasta la última carrera, en Malasia.
“Es difícil encontrar las palabras para describir lo que se siente. Es similar a lo que viví en Monza, pero no esperéis que llore”, insistía el alemán de Ferrari, haciendo referencia también al GP de Italia de ese mismo año, donde igualó en victorias a Ayrton Senna. En ese momento, con su tercer Mundial, también entraba en el exclusivo grupo de los tricampeones del mundo, donde también se encuentra el brasileño. Michael igualaba también a pilotos como Niki Lauda, Jack Brabham, Jackie Stewart y Nelson Piquet. Años más tarde entrarían a ese lista campeones como Sebastian Vettel, Lewis Hamilton y Max Verstappen.
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“Hemos estado trabajando para esto durante cinco años y tres veces estuvimos cerca. Esto es simplemente espectacular y especial porque es con Ferrari y significa mucho más para mí que mis otros títulos. Imaginen lo que está pasando en este momento en Italia. Debe ser fantástico”, añadía, hablando de esa sequía de los de Maranello, que superaba las dos décadas. Una situación similar a la que se vive en la actualidad, con un Ferrari que no acaba de encontrar las mejores sensaciones y que no logra engancharse a la lucha de un Mundial que se sigue resistiendo. Y eso que cuentan en sus filas con Lewis Hamilton, piloto que ha igualado el número de Mundiales de Schumacher... ¿Pero podrá coronarse con los tiffosi? Por ahora, parece algo improbable.
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