Acosta toma las riendas en KTM: “Me voy a Austria sin billete de vuelta”
“Prefiero primero informarme y ver por qué no se hacen las cosas o quién le da el poder a uno y quién se lo quita a otro, para poder ver qué caminos coger”, dice.
Interesantísimas declaraciones de Pedro Acosta tras finalizar séptimo en el GP de Alemania, y no sólo por lo acontecido en el fin de semana alemán sino por todo lo que va de una temporada en la que marcha sexto de la general y se le ha visto cinco veces en el podio, dos en domingo y tres en sábado, haciendo ya demasiado tiempo del último, que fue el tercero en el esprint de Mugello.
Empezó vacilando a los periodistas cuando le dijimos que ya no le preguntaremos más por batir el récord de Márquez: “Eso es lo bueno, porque un poco pesados si es que ponéis a veces. (Risas). Ahora en serio, la salida, bien, pero no se me ha desenganchado en la frenada el holeshot (el delantero), algo que le ha pasado a más pilotos (Miller y Gardner). A partir de ahí, el ritmo de remontar y cómo hemos adelantado ha sido como en los viejos tiempos. Hemos entendido varias cosas, porque hemos tenido un problema fuera de mí, fuera de la moto, fuera del equipo, fuera de todo y hemos entendido eso, que me ha hecho conducir mucho más metido dentro de la moto, más recto en cuanto a ángulos. Sorprendentemente, la moto iba bastante bien incluso así. A ver sin entendemos el porqué y el qué ha causado eso”.
Para responder qué siente al ver las Ducati, que son las que más mejoran durante el fin de semana, se puso filosófico: “Roma no se construyó en un día”. A lo que se le replicó si por eso se va a ir a Austria esta semana. Y dijo: “Sí. Tengo billete de ida, pero no de vuelta. Ya veremos cuántos días y cuántas semanas me quedo ahí. Siempre es mejor transmitir cara a cara las cosas. Si me tiro ahí una semana, o las que sean, todos los días salen preguntas nuevas y cosas nuevas que hacer. Y también por conocer a la gente. Aunque lleve mucho tiempo vestido de naranja, aunque ahora vaya de rojo, el equipo que hay para Moto3 son tres personas y en Moto2 llevábamos una Kalex, con lo que nos olvidamos, así que no conozco a toda la gente que hay trabajando en el proyecto. Está bien conocerles y saber a quién puedo usar en ciertos momentos y por qué. Voy con Paul (Trevathan), mi técnico, y Oli (Olivencia), el técnico de suspensiones”.
A tenor de sus palabras, se ve que quiere tomar las riendas de KTM, y por eso le preguntamos si se está notando ya para mal la salida de Fabiano Sterlacchini, el jefe técnico de la marca hasta hace unos días: “Lo que ha pasado este fin de semana, hubiera pasado con y sin él. Mi conclusión es que era un poco raro cómo se gestionaba la parte de las carreras en KTM, porque Fabiano no venía a todas las carreras. Yo le he visto en tres. Una de las razones de ir a Austria era para sentarme con él y que me explicara muchas cosas, cosas que quizás para otro piloto pueden ser muy normales, porque ya lleva aquí mucho tiempo, pero yo no las entiendo ni he encontrado a alguien que dé una explicación. Por eso quería hablar con él, pero bueno, ya digo que Roma no se construyó en un día. No sé si nos saldrá una torre como la de Pisa, pero vamos a intentar hacerla bien recta”.
Las intenciones del Tiburón en Austria son estas: “Primero, voy a conocer a la gente y ver qué pasa el primer día y cómo funciona todo. Cuando me vaya a dormir el primer día y entienda todos los roles y quién manda en cada sitio, y por qué se hacen las cosas. Es muy fácil criticar o exigir cosas que no sabes cómo van. Prefiero primero informarme y ver por qué no se hacen las cosas o quién le da el poder a uno y quién se lo quita a otro, para poder ver qué caminos hay que coger”.
Y de nuevo se puso filosófico al preguntarle si le dan envidia los pilotos Ducati, por tener una vida más fácil: “Nadie viene a molestarte si vienes de visita. Te tienes que meter en el problema para ver el problema. Sabía que quería estar aquí y sigo queriendo estar aquí. Nadie me ha metido en la boca del lobo. Ahora me toca un poco abrirla a mí y salir yo solo”.
Al perdirle que valorara su primera mitad del año, la analizó así: “Tenemos que ser realistas y ver que nos podía haber ido mucho peor y mucho mejor. ¿Cagadas por mi parte? Caerme en Le Mans, en Barcelona y la semana pasada, en Assen. No sé cuántos puntos hubiera sumado con esos puntos, pero son muchos los que hemos perdido. Tener esta mentalidad austriaca con la que he crecido en el Mundial de “somos mejores de lo que estamos haciendo”, quizás me hace ver que se puede ir siempre a mejor. No busco la excusa. Busco la solución”.
Y se mostró muy exigente consigo mismo al pedirle que se pusiera nota a su primera parte del curso: “Un 4.5, sobre 10, no sobre 5″.