DAKAR 2015 | COCHES
Nani Roma se despide del título tras una avería en su Mini
Una avería dejó KO al defensor del título. “Es un palo muy duro, habrá que trabajar a tope para ayudar al equipo”. Al final llegó a seis horas del vencedor.
Fue ver a Nani Roma así, hundido, apoyado sobre el capó de su Mini y mirando al infinito, sin ni siquiera escuchar el jaleo de los aficionados a los que tenía a sólo quince metros, y pensar en una frase: “A nivel coche no estoy inquieto, es fiable”. Me la dijo hace un mes, en Tenerife, en el stage del Monster Energy X-raid previo a este Dakar en el que el piloto español defendía título. No podrá hacerlo. En sólo 10 kilómetros se acabó el sueño. Qué maldito puede llegar a ser este bendito Dakar.
Se nos viene a la cabeza esa frase, y muchas más, también los meses de preparación, los miles de kilómetros de test al volante de ese Mini ALL4 Racing. Todo para que a las primeras de cambio, en el primer tramo de la primera etapa, un problema mecánico en la presión del aceite le obligue a uno a poner pie en tierra. “Estoy muy desanimado”, declaraba Roma. “En el kilómetro 3 se nos encendió la alarma de la presión de aceite y tuvimos que parar poco después. Mi copiloto y yo intentamos solucionar el problema. Hicimos un ‘reset’ y cambiamos todos los sensores, pero fue imposible seguir”, añadía. Tragaba saliva y aguardaba a que el camión del equipo remolcara su Mini con ese dorsal 300 que le acredita como defensor del título.
Mientras Nani y Michel Périn, su copiloto, buscaban consuelo mutuamente, Nasser Al-Attiyah volaba hacia la victoria de etapa. Es a eso a lo único que podrá aspirar a partir de ahora Nani, a quien los nombres de Baradero y Villa Carlos Paz, salida y fin de etapa, le provocarán escalofríos a partir de ahora. Pero él es grande y no hablamos de su 1,90. Por eso no perdió los nervios pese a que el calvario se prolongó incluso cuando su coche era remolcado por el camión de asistencia. Reemprendía la marcha, pero volvía a pararse camino del CP2. Y los minutos de pérdida, las horas, se escapaban a borbotones. Finalmente cedió 6 horas y media y a partir de ahora tratará de ayudar a que un compañero consiga el título. “Tras un año de mucho trabajo esto es un palo muy duro. Pero no queda otra que aceptarlo y trabajar a tope para ayudar al equipo en todo lo que podamos”, decía. También ahí los campeones se escriben con ‘c’ mayúscula.