Alonso sólo aspira a una gran remontada

Fue emocionante. Cada vez que el Renault número cinco se acercaba a una de las gradas del circuito de Valencia, el público se ponía en pie para vitorearle. Un total de 65.000 personas entregadas a la secta alonsista, a la pasión por la F-1, a la creencia de que el milagro es posible. Sin embargo, para que el R28 entre en la Q3 en un circuito de potencia, Alonso necesita un empuje mayor a su espalda. Más caballos. Ya entró casi de milagro en Bahrain y Hockenheim. Para que eso suceda debe dar la vuelta perfecta. Ayer no la dio, se salió ligeramente en la curva diez y perdió dos décimas que al final le costaron meterse en la pomada de los diez mejores.

La grada enmudeció antes de tiempo y Fernando se bajó del coche desencajado, cabizbajo, hundido Hoy toca remontada desde la duodécima plaza y el plan es cargar el máximo de gasolina posible, con la posibilidad de ir a una sola parada, y esperar que San Safety Car le eche una mano en el momento más oportuno. Sólo una salida del coche de seguridad después de su primera parada podría permitirle, sobre el papel, acercarse a los puestos de cabeza.

Delante, Felipe Massa firmó su cuarta pole del año en el último instante secundado por Hamilton. Ambos pilotos se ven de nuevo en la primera curva. Duelo con morbo. Kubica es tercero y Kimi Raikkonen, o un primo suyo que a veces se sube al Ferrari, es cuarto en parrilla. Ojo con el finlandés si pasa al polaco porque también puede optar al triunfo.

Denis Chevrier, el jefe de motores en los circuitos, explicaba sin tapujos lo que le pasó ayer a Renault: "Nos falta velocidad, y cuando sucede eso cualquier pequeño error de los pilotos se nota mucho más. Pero en carrera podemos ir mejor". Su argumento se basa en las decisiones que han tomado durante todo el fin de semana, muy centradas en la carrera, con unas aberturas de refrigeración de los frenos mayores que las que usaron en Canadá, y que perjudican la prestación pura pero pueden venirles bien para evitar problemas durante el gran premio.

También puede haber influido el hecho de que esta vez no hayan probado con poco peso en ningún momento del fin de semana, se olvidaron de la Q2. Pero lo que de verdad importa en un trazado que recuerda al de Melbourne es que, como allí, Fernando se calificó en su peor posición del año y los datos de velocidad punta no dejan lugar a dudas sobre su escasez de caballos. A pesar de llevar menos ala, el asturiano se encuentra a 5,6 kilómetros por hora del Toro Rosso de Vettel. Un abismo. Y el alemán le saca 2,8 a Webber, pero con dos puntos más de incidencia en el alerón posterior puede volar en las curvas, tener más carga en las frenadas y traccionar mejor. Con exactamente el mismo chasis y diseño aerodinámico, la diferencia es de seis décimas por vuelta.

Renault se tomó en serio la congelación de motores, recortó personal y por eso sus coches estaban ayer tan retrasados. El R28 tiene además una escasa motricidad y no es muy estable en las frenadas. Sólo en pistas de curvas enlazadas como Barcelona, Silverstone o Hungaroring se defiende con dignidad.

Durante la tarde, Alonso primero creyó que salía por el lado limpio, al revés que en otras pistas, pero cambiaron la ubicación de las líneas de la parrilla y parte del sucio. Tampoco tuvo la suerte de una avería de cambio de Jarno Trulli, que podía haber penalizado cinco posiciones. La fortuna hace tiempo que se fue de su lado, tal vez hoy aparezca toda de golpe.