Fórmula 1 | GP de Hungría

Alonso arriesgará en una calificación decisiva

Hungaroring es un circuito que no permite adelantar y el asturiano tiene con el R28 su mejor baza a una vuelta. Si se mete entre los cinco mejores, después podrá defenderse aunque el coche sea más lento

Carlos Miquel

El negocio de Ecclestone tiene estas cosas. Mientras los circuitos de la vieja Europa sufren presiones y gastan dinero en mejoras para no verse fuera del calendario, Hungaroring se mantiene año tras año como un dinosaurio. Salvo la bacheada pista, que es muy técnica y fue reformada ligeramente en 2005, el paddock es una estrecha calle en la que apenas caben los camiones y el fuerte calor suele afectar por igual las mentes de pilotos y jefes de equipo.

La sala de prensa es del antiguo régimen comunista, con sillas de hace cuarenta años, pero eso a nadie le preocupa. Como pagan y muy bien, ahí se mantiene sin queja alguna y con unas instalaciones inferiores a las del renqueante Magny-Cours, por ejemplo. Fernando Alonso llegó ayer al circuito a las once de la mañana y se encontró con el ambiente de balneario habitual en Renault, muy distinto al de altísima tensión del año pasado. El asturiano tiene entre ceja y ceja un objetivo, hacer una gran calificación que le permita acabar la carrera entre los cinco primeros.

En este retorcido trazado es prácticamente imposible adelantar en pista y el R28 sólo es competitivo a una vuelta en las manos de Alonso. Sus calificaciones han sido hasta ahora excelentes: segundo en Barcelona, séptimo en Turquía, séptimo en Mónaco, cuarto en Montreal, cuarto en Francia (que fue tercero en parrilla por la sanción a Hamilton), sexto en Silverstone y quinto en Hockenheim. Pero le han pasado en ocasiones por ritmo o, en el caso de Alemania, por su deficiente capacidad de tracción. Aquí es muy difícil y tampoco es sencillo pasar por ritmo ya que no es una autopista, se trata de un circuito muy bacheado, con mucho tráfico, doblados y en el que no es tan fácil ser veloz y constante.

Media carrera se juega el sábado y eso suele provocar también errores de pilotaje en calificación. El asturiano, aunque no tiene opciones sobre el papel de optar a la pole, sí que puede seguir el ejemplo de 2003. Hace cinco años ganó sin tener el coche más veloz. Salía de la primera fila. Si con el menos competitivo R28 se mete entre los cinco primeros de la parrilla, después hay que bajarle. Michael Schumacher descargó gasolina en 2005 y logró una impresionante pole frente a Kimi. Después, en carrera, no podía aguantar el ritmo del finlandés, que le pasó en boxes, pero su escapada sin tráfico de las primeras vueltas le sirvió para protegerse de los demás y subir al podio. Como Fernando dos años antes.

Si la estrella española pasa el mal trago de este año con las pobres salidas de su coche, puede tener el cielo abierto. Hamilton, sin ir más lejos, ganó en 2007 desde la primera plaza de la parrilla que le regaló la FIA sin ser el más rápido en carrera.

El problema de la tracción puede ser menor de lo que parece en la pista húngara (muy favorable, por otra parte, a McLaren). En las dos anteriores carreras con blandos y extrablandos, Mónaco y Canadá, el R28 ha salido mucho mejor de las curvas que en las pistas de tracción y ruedas media y dura, Estambul y Hockenheim.

Y el resto vendrá del talento de Alonso, que, pese a los últimos tumultuosos años de sanciones (en 2006 también salió retrasado por una penalización), siempre pone algo más que el resto en la muy técnica serie de enlazadas a las que se enfrenta el piloto sin descanso desde la mitad del circuito hasta el final de la vuelta.

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