McLaren es la reina indiscutible de Mónaco

Las exitosas cifras de McLaren en Mónaco son escalofriantes. El equipo británico ha impuesto uno de sus monoplazas en 15 de las últimas 25 ediciones. La familia MP4 que inició el diseñador Gordon Murray siempre se ha caracterizado por sus excelentes chasis, manejabilidad y estabilidad en curva, cualidades esenciales en el revirado trazado monegasco. Lewis Hamilton fue el pasado domingo el último de sus pilotos en alcanzar la victoria, y lo hizo de una manera brillante, con media carrera completamente en mojado. Caprichos de la historia, la primera victoria del equipo de Ron Dennis la firmó Alain Prost en 1984. Y también, como el británico, con ciertas dosis de suerte. El director de carrera, Jackie Ickx, decidió terminar el gran premio antes de tiempo cuando Ayrton Senna se acercaba peligrosamente al piloto francés en medio de un aguacero. Para ganar en mojado en el Principado no sólo hace falta talento, también tener fortuna para escapar del rosario de incidentes.

El predecesor de Hamilton en lo más alto del podio de Mónaco, el único que está a ras de suelo y que permite ver cómo los años pasan hasta para la princesa Carolina, fue Fernando Alonso. El asturiano catalogó hace unos días su segundo triunfo en el puerto logrado en 2007 como "el más sencillo de toda la temporada. Desde el primer día el coche era muy competitivo y le sacamos más de un minuto al siguiente no McLaren, el Ferrari de Massa". El asturiano consiguió, además, la pole y la vuelta rápida en carrera. Fue un gran premio disputado, eso sí, en seco. En el paso de un año a otro, el MP4/23 ha perdido punch sobre el MP4/22, tal vez por la ausencia del asturiano, y a Hamilton sólo le separaron 3,6 segundos en meta de Kubica. Eso sí, coche de seguridad por medio. La distancia llegó a ser de 36 segundos. En cualquier caso, el coche actual mantiene algunas virtudes del anterior.

La sequía roja.

El siguiente equipo en el trono de Mónaco es Ferrari, con ocho victorias, y sin subir a lo más alto desde la temporada 2001. En la era turbo los coches rojos eran indomables y, además, se toparon durante casi una década con un doble hándicap, su querencia por las pistas rápidas y dos genios inigualables en las calles del Principado: Prost (cuatro victorias, tres de ellas consecutivas) y, especialmente, Ayrton Senna, con cinco triunfos consecutivos en McLaren, de 1989 a 1993. Magic ya había conseguido su primera victoria del récord de seis con Lotus en 1987.

La sequía roja en el Principado dura desde 2001 con Michael Schumacher. Eso sí, ganar en Mónaco no asegura el título. Así le pasó al Kaiser en dos de sus cinco victorias (1997 y 1999). La pista monegasca es también un trazado para especialistas. Como David Coulthard, que siempre daba algo más en su prueba de casa. Se impuso en 2000 y 2002, también con McLaren. Y llevó a un Red Bull al tercer puesto hace dos años. De las últimas temporadas, destacan las dos victorias de Renault, en 2004 con Trulli y en 2006 con Alonso, y la sorprendente victoria de un intratable Montoya en 2003 con un Williams. Justo detrás, a menos de un segundo, la Flecha de Plata de Raikkonen.