MMA

El peleador clandestino sin techo: Franco Tenaglia, del pasado más oscuro al futuro más brillante en UFC

El argentino, conocido como ‘El Rey de la Calle’, atiende a AS tras proclamarse campeón de Europa de boxeo sin guantes. Repasa su vida, que califica como “de película”, y también su futuro, ligado a la UFC. Ahora entrena en el Climent Club.

J.M. BUERA

La vida está llena de ‘tíos duros’, pero hay pocos que lo sean más que Franco Tenaglia. El argentino, de 27 años, se proclamó campeón de Europa de boxeo sin guantes hace unas semanas y recibe a AS en el Climent Club, gimnasio donde entrena también el campeón del peso pluma de la UFC Ilia Topuria. Su vida no ha sido nada fácil. Ha peleado en las calles, ha estado en la cárcel y ha formado parte de la mafia albanesa, por lo que se buscó muchos enemigos. A día de hoy, está centrado en el deporte.

“Yo peleo desde que soy muy niño”, revela Tenaglia . Empezó a practicar deportes de contacto a muy temprana edad, desde que tenía “uso de conciencia”, entre ellos, boxeo, kickboxing y kárate. Vivía en un barrio peligroso de Argentina, motivo por el que acabó abandonando su país natal. “Lo manejaban los ultras ahí del equipo de fútbol de la zona. Es un barrio muy humilde y el ambiente era muy hostil desde que era niño, así que eso te va haciendo más fuerte”, recordó el argentino. Tomó rumbo a Europa, en busca de nuevas oportunidades.

Su objetivo, lo tenía muy claro desde siempre. “Yo supe que quería ser peleador desde que nací. Es algo que nunca puedo explicar cuando me lo preguntan porque es algo con lo que nací, siempre me gustó el combate. Creo que es algo muy primitivo del hombre, que todos lo tenemos dentro y bueno, yo siempre supe que quería ser luchador”, contó Franco. Tenaglia aterrizó en Londres y empezó a pelear en las calles, ya que no tenía papeles. “Me empecé a meter en peleas clandestinas que hacían en el Reino Unido, que pagaban de 250 libras a 500 libras, dependiendo cómo termina la pelea, para pelear así sin guantes y sin reglas”, explicó.

Empezó a hacerse un nombre debido a sus triunfos en las calles. “Me hice muy conocido en la ciudad de Cardiff, donde vivía ahí en Gales, porque claro, era muy joven y estaba peleando con tipos muy grandes y peleas muy violentas, y me estaba yendo bien. Empecé a volver adicto a esa sensación y empecé a hacer mi carrera a partir de eso”, relató el argentino. Su vida, además de por las peleas clandestinas, también estaba envuelta en violencia. “Yo me sentía medio loco”, aseguró.

Franco Tenaglia posa para AS durante su entrevista en el Climent Club de AlicanteFITO GONZALEZ

Con lo que pagaban por estas peleas, no le daba para vivir. “Yo soy partidario de que el fin justifica los medios y, al final, yo tuve que hacer en mi vida cosas que las hice para sobrevivir en el momento. Cuando yo tuve la experiencia de estar sin dinero, sin lugar donde dormir y hambriento de no poder comer... Esa sensación, cuando te encuentras así, haces lo que sea para mejorar”, reveló el argentino. Franco no pasaba por su mejor momento, y empezó a hacer “cosas ilegales” para poder vivir y triunfar en el deporte. No podía compaginar un trabajo normal con los entrenos, por lo que fue por el “camino ilegal porque era más dinero en corto plazo de tiempo”. “Arriesgas la libertad y la vida, pero yo siempre estuve dispuesto a arriesgar todo por llegar a mi meta”, sentenció.

Tenaglia vivió en “otro mundo”. “Yo viví muchos años en otro mundo. Un mundo completamente diferente al que todos vemos, al que todos conocemos. Suena mucho a película, pero es así”, aseguró. De este modo, Franco llegó hasta la mafia albanesa, un capítulo muy importante en su vida que marcó un antes y un después. Conocía a un miembro porque había ido a verle pelear varias veces y entablaron una buena relación. “Cuando fui a Londres, yo me acerqué a ellos para pedir trabajo. Me empezaron a dar trabajo y así empecé a formar el vínculo y estuve con ellos mucho tiempo”, reveló. El vínculo se fue haciendo cada vez más cercano. “Yo les agradezco a ellos un montón porque me dieron, digamos, un hogar donde yo no tenía. Estaba muy solo, tenía necesidades y ellos me ayudaron mucho”, recuerda. Por eso, habla de ellos con cariño. “Suena como algo oscuro, negativo. Pero para mí, sin ellos, yo no hubiera llegado donde estoy ahora”, contó el argentino. No considera su paso por la mafia albanesa como algo oscuro, todo lo contrario. Para él, no hay que mirarlo desde un punto moral. “Yo lo veo como algo muy lindo, porque el tipo de trabajo que hacías para ellos tenía que ver con tu faceta de peleador. Es una parte de mi vida muy loca, mucha adrenalina y me hizo crecer mucho como persona”, explicó.

“Ellos vieron que yo era un luchador, que yo no tenía miedo. Entonces, cuando tú no tienes miedo a pelearte con un tipo en un piso de concreto, sin reglas y sin guantes y todo eso, no vas a tener miedo para hacer otras cosas”, declaró el argentino. Esa faceta fue muy valorada por parte de la mafia, que, primero le contrató para hacer peleas ilegales. “Empecé a hacer otro tipo de trabajo, en el que tienes que ser inteligente y audaz para muchas cosas”.

Franco Tenaglia posa para AS durante su entrevista en el Climent Club de AlicanteFITO GONZALEZ

Los peligros de la calle le hicieron pasar por prisión preventiva por siete meses con 21 años en Frankfurt, Alemania. “Yo quise hacer las cosas a mi manera, pero me salió mal. Y tampoco fue algo que le hice un mal a otra persona, fue un error que cometí yo muy estúpido”, confesó. Franco estaba en la parte de delitos leves, por lo que eran más tranquilos. “Compartía celda con otra persona y me llevaba muy bien. Obviamente, es horrible y jamás en la vida voy a pasar por algo así,pero aprendes mucho. Yo creo que las cosas pasan por algo y aprendí un montón ahí sobre mí”, aseguró el argentino. Tenaglia es un hombre cuyo aspecto asusta al más malo, y eso le vino muy bien en su estancia en prisión. “La gente sabía, se me ve el aspecto. Siempre tuve aspecto de deportista, de luchador, entonces me respetaban mucho”, recordó.

El argentino participó en la velada organizada por el streamer Jordi Wild, en el Dogfight Wild Tournament , pero fue peleador profesional desde mucho antes en varias modalidades de deportes de contacto, aunque ahíse puso en el foco mediático. Gracias a ello, consiguió más patrocinadores y dio a conocer su historia. Franco se iba de vacaciones a diferentes países europeos y España fue uno de sus destinos, en concreto, Alicante, llegando así al Climent Club. “Puse gimnasios de MMA en Alicante y me saltó este en Google. Cuando vi el aspecto del gimnasio ya me di cuenta de que era un gimnasio bueno, porque los gimnasios duros tienen ese aspecto. Entonces conocí a mi maestro Agustín, y después al rato vino Jorge, e hice sparring con un chico de Ucrania. Después hice sparring con Ilia Topuria y ahí me di cuenta de que el nivel acá era buenísimo, porque tiene un montón de nivel de suelo y un buen nivel de boxeo también.”, recordó. Como Agustín y Jorge también son argentinos, hicieron buenas migas y, dos años después, se mudó a España para entrenar permanentemente en su gimnasio. “Yo viajé por todo el mundo, estuve en un montón de gimnasios y sparring con un montón de peleadores de la UFC y de otras organizaciones, pero cuando vi el nivel que él tenía y la mentalidad, sobre todo, por cómo hablaba, cómo se manejaba, me quedé sorprendido y dije, bueno, este es el lugar”, explicó.

Hace unas semanas que se proclamó campeón de Europa de boxeo sin guantes, conocido como Bare Knuckle y amado y criticado por muchos, y apunta al título mundial. “Voy a ganar ahora el título del mundo, a finales de julio o principios de agosto, todavía estamos negociando fechas y lugar”, reveló Una vez conseguido el cinturón, quiere hacer algunas peleas más de MMA sin guantes, por “amor”, y se centrará en llegar a la UFC. “Si son inteligentes me van a poner contra peleadores que hagan striking, que les gusta ir al choque. Me gustaría Dustin Poirier”, apuntó el argentino. A pesar de lo dura que ha sido su vida, no cambiaría nada. “No me arrepiento de un segundo de mi vida”, sentenció.